La XI edición de la Feria Internacional de Turismo de Ecuador FITE se realizó en el Centro de Convenciones Simón Bolívar de Guayaquil, con la grata e importante presencia del Ministerio de Turismo y sobre todo de su viceministro, Patricio Tamariz, el primer puente válido que tiende el régimen con el sector privado, con el cual ha habido tres años de distanciamiento, que parece llegan a su fin y marcan el inicio de una nueva dinámica con un ministerio ahora fuerte en lo económico al disponer de 600 millones de dólares para los próximos cuatro años, evidenciando la importancia que tiene dentro del Gobierno la figura de Vinicio Alvarado, el nuevo Ministro de Turismo, cuya agenda propia empezó reemplazando el “Ama la Vida” por “Ecuador Potencia Turística” que ya se estrenó en el estand del Mintur en FITE.
Patrio Tamariz es empresario turístico y varias veces ha sido alto funcionario de esta cartera, se mueve con facilidad en ambas orillas y conoce a cabalidad el historial de lo que se ha hecho en promoción internacional.
Con este nuevo Mintur y un ejecutivo como Alvarado a su mando, es evidente que habrán cambios en todos los segmentos de una industria que sin la presencia permanente de FITE, los ecuatorianos poca idea tendríamos de la evolución y la propuesta del turismo en nuestro país.
FITE ha sobrevivido a otras ferias que han tratado de reemplazarla, pero la fortaleza de su presidente, Jaime Rull, su condición de extranjero y sobre todo de catalán, no lo ha convertido en presa de los depredadores políticos.
De FITE se pueden hacer muchas críticas, de las ferias que desaparecieron nadie habla. Que cuál debe ser el nuevo concepto de esta feria, estará en función de las nuevas necesidades del Mintur, de los prestadores de servicios y de los gobiernos seccionales que fielmente acuden cada año a esta cita que también nos permite reencontrarnos a los integrantes del sector de casi todo el Ecuador.
Otros países centran en su feria anual de turismo, todas sus estrategias de crecimiento, de promoción internacional y de acuerdos entre el sector público y privado. El Mintur debe apoyarse en este evento ya consolidado, conocido, probado y dejar de ser un expositor más que a veces deriva en un simple espectador.
Experimentar en otros eventos ya le ha costado mucho dinero al Estado ecuatoriano, el fracaso a sus impulsadores y grandes pérdidas para nosotros los expositores, que no podemos estar sometidos a un peregrinaje de varias ferias al año solo para complacer veleidades regionalistas.