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El Telégrafo

El neo conservadurismo monárquico

20 de agosto de 2012

Se ha dicho de todo en los últimos meses sobre el caso Assange. No hay duda de lo certero, racional y ético de la decisión tomada por el Gobierno ecuatoriano. Sin embargo, este tipo de situaciones son ejemplares para ver como el neoconservadurismo nacional e internacional reacciona ante el hecho de pensar y vivir el mundo más allá de las locuras mercantilistas o economicistas.

De la reacción del Reino Unido se puede decir que no es nada extraña, más aún es concordante con su larga tradición de potencia decadente, en todo el sentido, de ser una monarquía decrépita -como la española o los paraísos fiscales monárquicos: Liechtenstein, Mónaco y Andorra-.

Quedaron en el siglo XIX encerradas las grandes reflexiones sobre la democracia parlamentaria que el propio Marx veía con admiración frente al conservadurismo y sus locuras de que el mundo continúe siendo un gran feudo universal con sus vasallos y siervos a su disposición.

El Reino Unido aún vive en la burbuja de considerarse la fuente jurídica del derecho social civilizado, es decir, que creen tener la legitimidad de interpretar a su conveniencia el derecho en beneficio de cuidar su moral civilizatoria.

Ejemplo claro son sus actuaciones en los casos Assange y Pinochet. Parecería una doble moral, pero no lo es, simplemente es la fiel expresión de un neoconservadurismo que ha tomado fuerza en los últimos 15 años. Ya vemos sus efectos en el Viejo Continente.

Incluso entra en debate el sentido y racionalidad de unos juegos olímpicos utilizados no para el encuentro civilizado de las culturas del mundo, sino para enriquecer a conglomerados tecnológicos europeos. Es un saqueo moral con finalidades mercantiles. Por otro lado, el neoconservadurismo aflora con fuerza dentro del Ecuador.

Y su vitrina principal son algunas de las empresas productoras y comercializadoras de noticias: basta ver lo dicho el pasado viernes. Empresarios, exportadores de flores, representantes de las cámaras y algunos políticos de vieja cepa manifestándose en contra del asilo político otorgado a Assange, bajo el argumento de que eso afecta a las ventas.

Cansa ver a empresarios relativamente jóvenes pensando que el Ecuador es una gran maquila o un holding de empresas. Son hijos del conservadurismo político de rancio cuño, los cuales inventaron un país a su imagen y semejanza, y junto a ello una vieja diplomacia hacendataria.

Basta revisar los orígenes de la diplomacia ecuatoriana para hallar las explicaciones de por qué largas décadas sus miembros no se consideraban burócratas, sino representantes de la alcurnia azulada de la estirpe criolla hacendataria.

Para ellos el Ecuador debe ser una máquina agroexportadora. Y la política para fomentar el enriquecimiento de las élites. Ya veremos cómo afloran los racismos y extremismos político-religiosos: Ahora Assange y la paranoia contra China; pronto apoyaran la locura anglo-sionista para invadir Irán. Esa es la globalización neoconservadora: la nueva cruzada del mercado y su religión, el capitalismo.

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