El mundo según el rock and roll: sobre vivir y morir con dignidad

Esta semana conocimos la valiente historia de Paola Roldán. Ella ha decidido con valientes abogados presentar una acción de inconstitucionalidad al art. 144 del COIP. Su caso resalta la incompatibilidad de esta norma con sus necesidades de dignidad, calidad de vida, libertad individual, libre desarrollo de la personalidad y el ejercicio del derecho a la salud. Paola considera que, al enfrentar una enfermedad grave y catastrófica, su calidad de vida y su dignidad no pueden ser mejoradas por la ciencia. Por lo tanto, de manera libre y voluntaria, solicita la inconstitucionalidad condicionada de la mencionada norma para poder acceder a herramientas que le aseguren una muerte digna en caso de que no haya posibilidad médica de mejorar su calidad de vida.

Como seres humanos, la cuestión de la necesidad de establecer un marco legal justo y transparente para regular los momentos finales en esta vida terrenal es de gran importancia. Sin importar las posturas filosóficas o morales, el papel principal de la Corte Constitucional consiste en garantizar la armonización de la Norma Suprema y los tratados internacionales de derechos humanos con el propósito de proteger a la sociedad y asegurar que, dentro del contexto de una ética secular, se promueva la libertad de la mayor cantidad de personas posible.

Dado que se trata de la decisión más trascendental y emotiva que un individuo puede enfrentar, cada persona debería tener la oportunidad de experimentar una vida plena que incluya la libertad de elegir de manera voluntaria su partida de este mundo, y contar con un espacio de libertad protegido de cualquier interferencia por parte de las autoridades.

Comparto la opinión de Paola en su esfuerzo por tener control sobre su vida y su libertad. Su caso demuestra la importancia de luchar para que el Estado pueda tomar medidas que protejan la vida no solo en su aspecto biológico, sino también reconociendo que la vida está compuesta por las decisiones libres de las personas. En este contexto, las decisiones libres e informadas deben tener en cuenta todos los momentos de la vida, incluso aquellos que involucran la decisión de poner fin a la vida en situaciones límite.

Ella personifica en su caso los principios de uno mis textos favoritos, "Acerca de Vivir" del poeta turco Nâzim Hikmet. Ha optado por vivir sin distracciones, abrazando la vida con una seriedad absoluta. No espera nada más allá de la vida misma; en otras palabras, su único propósito se resume en una palabra: Vivir. Espero que la Corte Constitucional y a través de ella esta sociedad tan llena de polarización y bandos irreconciliables, encuentre un punto de encuentro y de celebración de la dignidad de la existencia y de que, en medio de este viaje compartido, tener capacidad de elegir el modo de que este tránsito termine o no, sea producto de nuestra conciencia. 

Este caso destaca la importancia de la participación de la Corte Constitucional como tribunal de última instancia en cuestiones cruciales a nivel nacional. Mantener una institución de esta índole representa un desafío en sociedades como la nuestra, que se apoyan en la exigencia y la lucha por la protección de los derechos. Sin esta institución, ¿los casos como el de Paola podrían quedar atrapados en la política y depender de un gobernante que lo vea como parte de una larga agenda incumplida? Esto nos lleva a reflexionar sobre la constante mejora de la Constitución y la necesidad de crear espacios fundamentales para que las necesidades de los ciudadanos se reflejen en los tribunales superiores.

En el fondo, pero muy en el fondo de esta tierra que nos decepciona como deporte nacional, hay ciudadanos que buscan lo imposible: usar la ley de forma correcta y tratar que sus intereses legítimos se vean manifestados en ella. Sin presionar, sin amenazar y sin caer en la ilegalidad. Siendo los Justos en Gomorra. Aquellos que quieren vivir su libertad sin otra limitación que el respeto a la convivencia. Paola lo está intentando, a pesar de que en muchos le deben haber susurrado que aquí, tratar de pensar en las normas es un espejismo. Yo por eso la admiro mucho. 

En esta época, en la que lamentablemente vemos partir a héroes solidarios, también emergen héroes y heroínas solitarios, como es el caso de Paola. Son individuos que han optado por transformar el mundo al defender la libertad y la dignidad de su espacio emocional. Son aquellos de los que David Bowie estaría orgulloso y a quienes dedicaría su canción "Heroes".

La canción narra la historia de dos amantes, uno de Berlín Este y el otro de Berlín Oeste, que viven en constante temor a la muerte. Comparten un sueño de libertad, imaginándose, nadando con delfines. Bowie comienza los primeros versos de manera muy suave, y la canción va construyendo gradualmente hacia un clímax, con él gritando al máximo al final. La ambigüedad de la canción, como se aprecia en los comentarios aquí, permite a los oyentes interpretar y añadir su propio significado a las letras. A mí me gusta para este caso. “Podríamos robar un poco de tiempo solo por un día. Podemos ser héroes por siempre y para siempre”.

Estos individuos, como Paola, están decididos a cambiar el mundo y defender la capacidad de elegir cómo termina su viaje en esta vida. Su valentía y determinación son dignas de admiración, y sus acciones nos recuerdan la importancia de la autonomía personal y la toma de decisiones libres en momentos críticos. Su valiente desafío legal subraya la necesidad de un marco legal claro y equitativo para regular situaciones cruciales en la vida. Estos héroes y heroínas, que buscan arrebatar un poco de tiempo para vivir con dignidad y libertad, nos inspiran a seguir defendiendo la capacidad de tomar decisiones personales en situaciones críticas de la vida.

Ellos si son mis Héroes (esos, con mayúsuculas). Por ellos creo en el rock and roll. Nos leemos pronto.