Tina Seelig, en su nuevo y novedoso libro “inGenius”, asegura que la creatividad puede ser ampliada mediante el uso de herramientas y técnicas que incrementan la habilidad para ver oportunidades alrededor nuestro; para conectar y combinar ideas que reten a las asunciones preconcebidas y que pongan los problemas en otra perspectiva.
Durante casi treinta años de docencia a futuros MBA, he comentado a mis alumnos la necesidad de modificar nuestro entorno físico y social para ser más creativos y la forma como nuestra motivación y forma de pensar influencien nuestro resultado innovador, muy especialmente el deseo de experimentar y de romper barreras para encontrar soluciones ingeniosas a atemorizantes retos; así como la habilidad para eliminar los prematuros juicios de valor que coartan las nuevas ideas.
Seelig propone un modelo denominado el “motor de la innovación” que ilustra los factores que trabajan juntos para ampliar la creatividad. Esta máquina tiene tres partes internas que la mantienen en acción: el conocimiento, que es el combustible para la imaginación; la imaginación, que actúa como catalizador para la transformación del conocimiento en nuevas ideas; la actitud, que es la chispa que enciende este motor de la innovación.
Pero igualmente tiene tres partes externas: los recursos, que son los activos disponibles en la comunidad; el hábitat, que es el entorno local, incluyendo hogar, escuela y oficina; la cultura, que es el colectivo de creencias, valores y comportamientos en la comunidad.
Creatividad no es algo para pensarlo, es algo para hacerlo. Nuestro gobierno de la Revolución Ciudadana se ha preocupado profundamente en desarrollar los factores internos del motor de la innovación. Se está ampliando el conocimiento con más educación y de mejor calidad para el pueblo. Felizmente somos una raza con imaginación, pero hay todavía mucho trabajo para impulsar dicha imaginación y cambiar la actitud de nuestros conciudadanos.
De la misma manera se construyen las partes externas donde se sustenta dicho motor: la estructura mediante el uso adecuado e intensivo de los recursos disponibles; se ha mejorado el lugar donde vive y acciona nuestra gente y parece que ya estamos edificando los pilares de una nueva cultura país.
Pero debemos ser conscientes de que hay un desperdicio de talento y creatividad social que no encuentra la forma de expresarse en el medio productivo dominante. Como ecuatorianos tenemos que imaginar una innovación tecnológica y científica basada en la diversidad social de nuestra nación y que debe ser horizontal, amplia y distribuida con igualdad.