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El Telégrafo

El miedo es libre

14 de enero de 2014

Cada uno, cada ciudadano, en el usufructo de sus derechos inherentes a la naturaleza humana, tiene también el de tener miedo. (Desde niño escuché a los abuelos decir que el miedo es libre).

Hay quienes en lugar de sentir miedo equivocan su conducta y se dedican a infundir miedo a los demás, como método o modelo de convivencia social.

En la vida común es muy frecuente que padres equivocados educan a sus hijos a través del miedo, profesores mediocres que pretenden impartir conocimientos aplicando procedimientos absurdos para llenar de miedo a sus alumnos, también cónyuges, empleadores, sindicalistas, parientes, amigos, autoridades y gente común que utiliza el miedo infundido a otros con algún interés protervo o inocente, pero en todo caso sicológicamente de resultados negativos y contradictorios.

Ahora resulta que ciertos derechosos reaccionarios, enemigos de la revolución, los frontales y los solapados,
que activan en la política y en los medios eufemísticamente denominados independientes, han optado por tratar de amedrentar a la ciudadanía infundiéndoles miedo.

Los resultados para la oposición son catastróficos, como ya puede verse en las encuestas que circulan; y los cucos que supuestamente se van a comer crudos a los niños, al estilo ‘comunista’, siguen de favoritos para ganar las próximas elecciones.

Los ‘miedólogos’, que algunos son los propios comunicadores o los entrevistados, pregonan y divulgan que el Estado se ha convertido en un gran gendarme y meten miedo a la ciudadanía incentivándola a que se rebele amparada en el artículo constitucional que reconoce el derecho a la resistencia.

En un Estado de derecho se tiene que castigar, con leyes anteriores y recientes, a los que tiran piedras, destruyen bienes o paralizan servicios. A los que agreden a embajadores o dan un lanzazo en la cabeza a un empresario extranjero. A los que hackean las computadoras de altas autoridades en un claro acto de espionaje a favor de transnacionales y en contra de la que se supone es su patria. A los que actuaron en el intento de golpe de Estado y son responsables de la muerte de varios ciudadanos y del intento de magnicidio, etc., etc.

Todo lo cual y muchas acciones más que son delitos, que antes gozaban de impunidad y hoy, que ha cambiado la justicia y se está independizando del predominio politiquero, se empezaron a castigar.

El método de querer conseguir mejoras en la conducta humana infundiendo miedo, basados en que el miedo es libre, en lugar de sembrar conciencia, ética, solidaridad y respeto a la norma jurídica que rige la vida de la sociedad, solo ha obtenido resultados catastróficos.

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