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El Telégrafo
Jorge Núñez Sánchez - Historiador y Escritor

El metro para Quito

12 de febrero de 2015

Los asuntos del metro de Quito han llegado a enredarse tanto que la ciudadanía no acaba de comprender en dónde radica la fuente del problema. Y esto impide a los ciudadanos comprender donde están las dificultades y quiénes tienen la razón en el debate planteado.

La cuestión central parece estar en el precio de la obra. Recordamos que el diseño de la obra fijó inicialmente ese precio en 1.500 millones de dólares y que el Gobierno Nacional ofreció una ayuda de 750 millones. Más tarde corrió la noticia de que el precio del metro se había elevado en 500 millones y que la Municipalidad aspiraba a que esa diferencia fuera cubierta por el Gobierno Nacional, ante lo cual el presidente Correa señaló que mantendría su compromiso de ayudar con el monto anunciado.

¿Cuál era la razón para esa elevación de costos? Hurgando en el asunto, se halla que la Comisión Municipal del metro de Quito calificó para el proceso de licitación a cuatro consorcios que ofertaron precios mayores a dos mil millones de dólares. Finalmente se anunció como ganador al Consorcio Acciona–Odebrecht, que presentó una oferta por 2.105 millones.

Curiosamente, fue descalificado el Consorcio Ferrocarriles y Metros del Ecuador, perteneciente a la empresa estatal China Civil Engineering Construction Corporation (CCECC), que, según la comisión municipal, no tenía experiencia en la construcción de trenes. Sin embargo, se conoce que CCECC es filial de CRCC, una poderosa empresa estatal china que ha construido obras similares en países como Arabia Saudita, Argelia, Israel, Nigeria y Turquía. También ha construido la línea 1 del metro de Beijing, ha contratado con Rusia la construcción de la nueva línea del metro de Moscú y con Nigeria la construcción de su ferrocarril de la costa.

¿Cuánto mismo nos va a costar el metro de Quito? Según se conoce, la empresa china ha ofrecido un precio máximo que podría quedar en 1.500 millones. Acciona-Odebrecht ha fijado un precio mínimo de 2.105 millones, que luego ha ‘rebajado’ a 1.777 millones y después a 1.587 millones, pero ‘rebajando’ también el diseño o dejando fuera algunas obras, para luego incorporarlas como obras adicionales, con lo cual el valor final podría llegar fácilmente a unos 3.000 millones.

En fin, nos parece positivo que la Municipalidad de Quito haya decidido seguir con el proyecto del metro, que se muestra como el único medio para resolver los graves problemas de movilidad que plantea una urbe como Quito. Pero creemos que aún quedan asuntos por resolver. ¿De dónde vendrá el financiamiento para la obra? ¿Aceptará China financiar a una empresa brasileña? ¿Y quién nos garantiza que Odebrecht no actúe en esta obra como actuó en la hidroeléctrica San Francisco?

Todo indica que la realidad terminará por imponer sus razones, por encima de la maraña de opiniones expuestas, sinceras unas e interesadas otras.

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