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El Telégrafo
Fabrizio Reyes De Luca

El fin del poder

21 de mayo de 2015

Este autor señala que “aquellas barreras de exclusividad que protegían a los poderosos de los competidores, o sobre quienes ellos ejercen poder, ya no son tan eficaces”.

Esos elementos catalizadores, como el acceso a la tecnología, el conocimiento, mayor competencia en todas las áreas, así como la presencia e interacción constante a través de los medios modernos de comunicación, hacen que los poderosos se vean compelidos a ‘compartir’ el poder.

Mucho se ha escrito y estudiado a lo largo de la historia sobre el poder, uno de los elementos esenciales de la civilización. Su alcance, su influencia, las tácticas para obtenerlo y retenerlo, su estructura y clasificación, son temas reiteradamente analizados de forma minuciosa por destacados especialistas de las ciencias sociales.

Y es que, así de abarcador como es el poder, de igual manera resultan irrefrenables los deseos de muchos que aspiran a conquistarlo. El peligro se presenta cuando esas ansias de poder superan la bondad de las intenciones, ya que este provee las llaves que abren las puertas del bien o del mal.

Lo lógico, sabio y honesto sería que, ante el deseo de lanzarnos ávidamente tras su búsqueda o retención, procedamos a formularnos las siguientes preguntas: ¿Cuál es nuestra causa? ¿Para qué estamos usando el poder? ¿Será para procurar el bien común o para satisfacer nuestro ego personal? ¿Es el poder un fin en sí mismo o es un móvil para realizar los cambios que trasciendan? ¿Es el poder un arma para imponerme o una herramienta para consensuar?

Queda claro que lo planteado por Naím no es que el poder haya llegado a su fin, sino que el mismo ha evolucionado hasta convertirse en lo que es hoy: “un escenario con mayor número de actores, inmensos desafíos y grandes riesgos”.

Esta nueva dinámica obliga, a quienes en estos tiempos lo ostentan, a procurar mayor nivel de concertación, de participación y de legitimación.

Solo así podrá fortalecerse plenamente la democracia en el siglo XXI, en beneficio de la paz, el desarrollo y el bienestar de los pueblos. (O)

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