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El Telégrafo
Nancy Bravo de Ramsey

El drama del embarazo adolescente

31 de marzo de 2015

Nos encontramos en serios apuros. Y eso lo sabemos hace varios años. Ecuador registra uno de los índices más altos de embarazos precoces en América Latina. De 3,6 millones de madres en nuestro país, 122.301 son adolescentes de entre 10 a 19 años, de acuerdo con el censo de población y vivienda realizado en 2010.

Estas preocupantes cifras ubican a la nación en el primer lugar del grupo de países andinos con el mayor número de embarazos adolescentes. ¿Y es que acaso esto lesiona los intereses del Estado ecuatoriano y de los padres de familia? ¡Pues claro! Generalmente los jóvenes involucrados en tan delicada situación abandonan sus estudios, ellas por las nuevas tareas domésticas que deben realizar y los varones porque se les hace necesario incorporarse a una temprana edad al mercado laboral, no importa si se lo haga de manera precaria e informal, tal es la necesidad de cubrir las nuevas urgencias del grupo familiar.

En atención a los resultados de ese mismo censo de población y vivienda, desarrollado en 2010, sabemos que en el país hay 346.700 niñas, de las cuales 2.080 ya han sido madres. Por otro lado, de 705.163 adolescentes censadas en Ecuador, 121.288 jóvenes, esto es el 17,2%, han tenido por lo menos un hijo. De acuerdo a tales cifras, nuestra nación ocupa el segundo lugar en América Latina -después de Venezuela- en disponer de embarazos precoces.

La Unicef se refiere a la adolescencia como la etapa de la existencia que se extiende desde los 12 hasta los 17 años. Expresa que es un período crucial del desarrollo en el cual la construcción de la identidad y la autonomía son fundamentales y de la mayor importancia. Un período sembrado de inquietudes, inseguridades y desafíos, por lo que las oportunidades brindadas a estos jóvenes por parte del Estado, la familia y la comunidad deben contribuir a garantizar de forma absoluta su buen desarrollo, así como el conocimiento y goce de sus derechos. De lo contrario, cuando estos adolescentes sean personas adultas, tendremos en ellos a individuos inseguros, ignorantes, violentos y llenos de resentimiento. Por su parte, la ONU manifiesta que América Latina y el Caribe hacen la única región donde los partos de niñas menores de 15 años se incrementan, y se prevé que aumenten hasta 2030.

¿Cuáles podrían ser las causas de este drama nacional del embarazo precoz? El Ministerio de Inclusión Económica y Social sostiene que son la pobreza (y más aún la pobreza extrema), la violencia de género, el bajo nivel educativo, a los que se podría añadir el maltrato de los padres y familiares, la ausencia de los padres por las exigencias en el trabajo de ambos o por su emigración, la marginación en las actividades de la comunidad y una búsqueda inútil del reconocimiento social.

¿Cómo hacer frente a este profundo drama social que lesiona no solo al Estado sino también a la familia y a la comunidad? En atención a un problema de la nación que parece agravarse día a día, el Gobierno ha puesto en marcha la Estrategia Nacional Intersectorial de Planificación Familiar y Prevención del Embarazo en Adolescentes (Enipla), en la que intervienen los ministerios de Salud, Educación, Inclusión Económica y Social (MIES) y la Secretaría del Migrante, organismos que han formado un frente para trabajar sobre planificación familiar, acceso a información, educación en salud sexual y reproductiva y sexualidad en general, siguiendo lo programado en sus bases que fueron establecidas en 2011.

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