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El Telégrafo

El día del Juicio Final

17 de octubre de 2013

Los activistas españoles del 15M -la generación X y Y- convertidos hoy en partido político, comentaban irónicamente en las redes sociales que el disco duro del pensamiento capitalista mundial estaba infectado seriamente con un virus troyano, utilizado antes para penetrar en la mente de quienes no compartieron su filosofía y revelaron, para escarnio de los más pobres, programas de enriquecimiento ilícito que, por el impacto global, reventaron a banqueros y prestamistas estadounidenses y judíos, metidos en la burbuja inmobiliaria que ayudaron a inflar.

La explosión también arrastró por los suelos la soberbia europea que empujó a millones de profesionales de clase media, arrepentidos de las bondades del modelo -sobre todo de Portugal, Grecia y España-, hacia tierras americanas a las que siguen llegando con desesperación.

Y en esta fétida contaminación plural, el presidente Barack Obama dio respiración artificial a las aseguradoras y banqueros quebrados con 700.000 millones de dólares, suma que jamás fue suficiente y necesaria para la extrema derecha de ese país.

La voracidad y negativa frontal a que se les impongan más impuestos a los que más tienen movieron a los cabilderos para que sus representantes en el Congreso paralicen al país más poderoso del mundo, con el pretexto -que más sabe a revancha- de no aprobar el techo de endeudamiento que permitiría cubrir obligaciones tales como: pensiones jubilares, sueldos de la administración pública y seguro médico para personas sin ingresos. Si comparamos la suma del salvataje concedido por Obama, con los 16,7 billones de dólares que hoy demanda su Gobierno, veremos que es una suma considerable, pero inferior.

El problema -el real problema que se avecina- es que si mañana las dos cámaras del Congreso no aprueban el incremento del techo de la deuda, Estados Unidos entrará en suspensión de pagos. De ahí que el chantaje ejercido por los republicanos más conservadores está dirigido a demorar la aplicación del Obamacare, la reforma sanitaria que obliga a todos los ciudadanos de ese país a contratar un seguro médico.

Si esto ocurre, el Gobierno federal dejará de pagar los intereses de su deuda. Según los expertos, el valor del dólar se desplomará y dispararía los intereses de las hipotecas a niveles no imaginados; los mercados bursátiles mundiales sufrirán un golpe demoledor y la recesión será una realidad.

Que Dios salve a los estadounidenses.

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