Las festividades de carnestolendas, cuyas realizaciones de jolgorio tienen expresiones simbólicas heredadas de los lejanos tiempos del paganismo -como la máscara en lo físico y la evasión de la realidad cotidiana en lo psicológico-, parece ser que se han instalado en las redacciones y en los estudios de los medios escritos y radiotelevisados autodenominados independientes.
Al solventar en sus diarias emisiones y publicaciones conceptos, comentarios y afirmaciones tan alejadas de la veracidad circundante y tan llenas de irrealidad, dan la sensación que se vive en ellos procesos sostenidos de quimeras ambulatorias, o que el shock profundo que sufrieron por la victoria de Alianza PAIS y sus candidatos es mayor de lo que imaginábamos los simples mortales, como yo.
Pruebas al canto: el columnista de un diario guayaquileño sostiene que el histórico triunfo de Rafael Correa y Jorge Glas es solo un hecho circunstancial, ya que en nuestra República no existe un gobierno constitucional y democrático, y lo que subyace es más bien una “autocracia” y, por tanto, las múltiples elecciones y las consultas populares realizadas solo han servido para “consolidar un régimen político autocrático”. Al endilgar tamañas calumnias no solo que se agrede con alevosía la hidalguía y sabiduría de nuestro pueblo, tantas veces demostradas.
Los epítetos soterrados y degradantes de que los ecuatorianos somos capaces de sucumbir a la propaganda y a las publicidades son una muestra fehaciente del desprecio que él y personas como él tienen hacia la inmensa mayoría de los ciudadanos que hemos recobrado la capacidad de decidir -por nosotros mismos- el destino que debemos construir y el futuro al que aspiramos para todos.
En algunas radiodifusoras con micrófono abierto a las mayores iniquidades humanas, aparecen sujetos anónimos indicando que en algún lugar indeterminado se ha cometido fraude en las juntas electorales intermedias, bajo el subterfugio de que “alguien lo ha dicho” u otros que suplican a “todos los adversarios de Correa que se unan, pensando en los próximos comicios municipales”.
Canales de televisión privados han hecho desfilar a los mismos contertulios que antes edificaban sortilegios imposibles y que hoy, cabizbajos, no afrontan su responsabilidad en la debacle eleccionaria y asumen que la “inauguración” de la oposición en el Ecuador con su líder Lasso posibilitará recobrar la nación para el pasado neoliberal.
Aunque su aliado Jaime Nebot les ha advertido que la mitad de los sufragios obtenidos por el candidato de CREO es realmente del partido Social Cristiano y de su apéndice Madera de Guerrero, órganos de difusión colectiva mercantilistas, con sus periodistas y presentadores, se empeñan en resaltar el hecho de que el ex aspirante presidencial cuenta con un cuarto del electorado nacional. Milagros de la telequinesis.
Como ven, estimados lectores, los contrapuntos ideológicos de los derrotados solo son la rutina descalificada de sus contradicciones de clase, los laureles triunfales para la Revolución Ciudadana contienen los vislumbres del nuevo amanecer para nuestra patria y América Latina, nosotros continuamos el camino del inmortal Alfaro.
Y en cuanto a ellos, la mediocracia vencida por el pueblo ecuatoriano, aspiramos a que la lección cívica propinada por las masas populares les sirva. Por lo demás, pueden continuar con su carnaval mediático pero, por favor, superen el surmenage.