La creación del Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess) fue una gran conquista de la Revolución Ciudadana, que respondió a una vieja demanda de los trabajadores afiliados.
El Biess es de propiedad de 2,9 millones de trabajadores afiliados y jubilados -hombres y mujeres de la ciudad y el campo-, maneja una cartera del orden de $ 10.000 millones, repartidos en inversiones diversas, de las cuales se benefician sus dueños, con créditos hipotecarios y quirografarios y el público en general con préstamos prendarios.
Se benefician el Gobierno central y municipios, con financiamiento de negocios compartidos, a través de proyectos de interés nacional y popular, en la actividad petrolera, electricidad y otros.
El sector privado, en construcción de viviendas; otros promotores también se benefician, a través de negocios fiduciarios, con proyectos que generan empleo y valor agregado, algunos de los cuales se revisarán conforme normas de control existentes.
El Biess realiza inversión financiera y presta apoyo a empresas, comprando títulos valores, lo cual contribuye al desarrollo productivo. Al Gobierno, comprándole bonos y papeles, con las seguridades y rentabilidades del caso. Es un gran soporte de la inversión pública que beneficia a la población y desarrollo del país.
Sus recursos lo comparten el sector público con un 48% y privado con 52%. Sus rentabilidades fueron de $ 659 millones en 2012, lo que representa un promedio de 7,8%.
Ha fortalecido el sistema financiero, contribuyendo a su regularización y estabilidad, frenando tendencias especulativas y sesgos concentradores.
Está organizando aún sus procesos y creando la “fábrica” de operaciones para tener autonomía. Busca soberanía tecnológica y financiera para cumplir su cometido de administrar con más eficiencia los recursos financieros y dotar de mayores ingresos al IESS, para que pueda ampliar su cobertura y mejorar sus servicios.
El directorio está analizando reacondicionar sus estructuras organizativas para que sus negocios se desarrollen con más eficacia y cumplir su cometido de banca de inversión, diversificando su cartera en lo sectorial, territorial y social. Desde sus propias instancias y de los organismos de control busca resolver problemas diversos derivados de la transición y hay que hacerlo con transparencia. No cabe, en esas circunstancias, las exageraciones mediáticas, generalización y exageración de situaciones, que apuntan a provocar confusión y desestabilización, inconvenientes para sus fines; lo que obliga a corregir ciertos procedimientos, ejercer controles y observar siempre los principios de rentabilidad y seguridad, de acuerdo a la ley, normas propias y de la Junta Bancaria.
El apoyo a sectores estratégicos, vivienda social y medianas y pequeñas empresas será su prioridad, así como el apoyo a la organización del sistema económico social solidario.
Por ello contará con el CORE tecnológico y “fábrica” de operaciones, mejor equipamiento y capacitación técnica, mejorará sus servicios a su amplia clientela. Requiere mayor eficiencia y autonomía presupuestaria. Es fundamental. Nos honra colaborar en este empeño.