Comenzamos un nuevo año y siempre nos vienen nuevas esperanzas a hacer realidad para no emprender “carreras desenfrenadas que no llevan a ninguna parte”…
En nuestra sazón del año nuevo no deben faltar tres condimentos: el Bien Vivir, el Bien Convivir y el Horizonte de Trascendencia. Lo del Bien Vivir empieza a hacer su camino desde el proyecto y la vivencia de los pueblos indígenas. Frente al descalabro de los países autoproclamados “desarrollados”, las propuestas indígenas aparecen como nuevas oportunidades para rectificar el rumbo de una sociedad mundial que va al suicidio colectivo. ¿Quién hubiera pensado que, “a estas alturas”, un camino de esperanza vendría de los indígenas latinoamericanos?
Pero el Bien Vivir lleva consigo un compromiso: no se trata solo de alabar la novedad de una alternativa global, sino de entrar en el caminar de este “Otro mundo posible, necesario y urgente”. Nos viene la exigencia del Bien Convivir, porque este proyecto es colectivo, y si no hay convivencia y compromiso comunitario, no avanza. El Bien Convivir supone, entre nosotros, el respeto, el diálogo y el caminar juntos. Allí los conflictos no van a faltar: hacen parte del camino y del progreso, como retos para lograr una vida mejor, personal, colectivamente y en comunión con la naturaleza.
Una tercera dimensión es el Horizonte de Trascendencia. La trascendencia no es lo inalcanzable, sino lo que anida en cada uno de nosotras y nosotros, pero que nos sobrepasa. La trascendencia nos llama a ser siempre más. No somos nosotros que tenemos vida; es la vida que nos abraza. No somos nosotros que amamos; es el amor que nos envuelve y nos empuja.
Año nuevo, esperanzas nuevas, pero con contenido. Contenido personal de una vida con sentido: ¿a qué sirvo?, ¿para qué he llegado a este planeta? Contenido vivencial porque juntos hacemos la caminata: ¿cuál es el proyecto común a hacer realidad para lograr más fraternidad, más equidad, mayor participación, mayor armonía con la naturaleza? Contenido utópico que nace de lo más hondo de nosotros: ¿dónde voy a hacer crecer siempre más la vida y el amor para un mayor acercamiento al Misterio divino? Los cristianos llamamos este proyecto el Reino, que es lo único absoluto que nos puede llenar: “Busquen primero el Reino de Dios, y lo demás vendrá por añadidura”.
Amigas y amigos lectores, les deseo de todo corazón agarrar este triple desafío: “Vivir y convivir con horizonte” para
que el año 2012 nos sea más beneficioso y feliz.