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El Telégrafo

El “apóstol del arroz” y Gonzalo

24 de septiembre de 2013

El jesuita Henri de Lalanie (ingeniero agrónomo) llegó a Madagascar en 1961, tomando como misión el desarrollo de la sociedad campesina malgache. El alimento básico de la población es el arroz y, con sus sólidos conocimientos profesionales, Lalanie estableció una rigurosa investigación para mejorar la producción obteniendo como resultado el método Sistema Intensivo de Cultivo del Arroz (SICA). Los resultados obtenidos fueron importantes. Se informan aumentos de la producción de 1 a 10.

El sistema intensivo no depende de una semilla mejorada, híbrida, transgénica o maquinaria sofisticada, es un  método natural del manejo del cultivo mediante la incorporación de materia orgánica al suelo, trasplante a edad joven: no más de doce días hasta dos hojas, ampliar las distancias de siembra en cuadros de cuatro plantas, aplicación de mínimas de cantidades de agua durante el ciclo vegetativo, utilización de un escardador de fácil construcción para desyerbar.

En resumen, es un manejo del cultivo accesible al pequeño productor que valoriza su trabajo antes que las inversiones en insumos y herramientas foráneas que comprometan la economía del campesino. La Universidad de Cornell, que auspicia la difusión del método, informa que ha sido validado en 42 países.

Las autoridades de la Universidad Técnica de Babahoyo, comprometidas con la transferencia de la información académica a los usuarios, han apoyado la divulgación del método SICA mediante exposiciones a la comunidad, interesando a los estudiantes dentro de los programas de preparación de capacitadores, pero la demostración del proceso en el campo solo fue posible con el apoyo de Gonzalo.

Gonzalo proviene de una de las provincias andinas desde las cuales emigran los campesinos a la Costa buscando trabajo. Logró afincarse en el área de Babahoyo, prosperando con dedicación y esfuerzo. Atento a mejorar la producción facilitó la demostración del método. Los resultados finales no los conozco, pero fue notable el convencimiento con el que hacía destacar el número de hijuelos obtenidos por sus plantas con el método: 3 veces mayor al de los cultivos comunes, lo cual demostraba que superaría su producción en el doble.

Anunciada oficialmente una nueva orientación de la capacitación agrícola me parece importante este ejemplo a donde una Institución Académica (UTB) apoya la transformación de un campesino subdesarrollado como transmisor ante sus semejantes. Creo que esta fue la lección que dejó el “apóstol del arroz”, demostrada por Gonzalo.

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