El advenimiento de organizaciones regionales en América es de vieja data : El ABC, el Pacto andino, Alalac, Aladi, son muestras del deseo de integración de los pueblos latinoamericanos, casi siempre reprimido y domesticado por sus oligarquías nacionales y por la presión de los países imperiales. Como en el pasado lejano y el cercano esta necesidad sentida debió ser irrefrenable por la urgencia de constituir la Patria grande, pero fue impedido por poderes fácticos. En el siglo XIX, el Congreso Anfictiónico, convocado por el libertador Bolívar, con alevosía, fue boicoteado por la diplomacia del Norte, y décadas después la invitación a restaurar la Gran Colombia y otros perentorios de Unidad motivadas por nuestro grande Eloy Alfaro, tuvo la misma suerte y destino.
Las ambiciones bicéfalas del poder oligárquico y la de los imperialismos, enraizadas en el afán codicioso de la riqueza y el dominio de nuestras tierras en ritual desaprensivo e inmoral ha sido el caldo de cultivo de las mayores iniquidades e injusticias en este Hemisferio. Mas hoy, y aunque no haya sido una tarea fácil de vencer a los espíritus antinacionales, y los ardores mefistofélicos del entreguismo de ormaciones politiqueras y de la mediocracia, se ha logrado que la agresión vociferante, de las Naciones hegemónicas, haya recibido y pueda recibir la respuesta digna, la reacción justa, en el momento adecuado, como sucedió en el hecho doloso contra Evo Morales.
Surgen ciertamente nuevas concepciones de unificación en un continente de heterogeneidad manifiesta en sus altos postulados nacionales, pero que reconocen tener un mismo origen y similares objetivos de desarrollo y de bienestar para sus conglomerados humanos. Comunidad de pueblos buscando recobrar los siglos extraviados, los tiempos desgastados. Y que frente a un orden mundial injusto y abusivo solo puede -con la admirable organización y unidad- entregar formulaciones capaces y reales, coincidente con su conciencia histórica, y enfrentar la amenaza latente del capital financiero internacional, con fórmulas de éxito y expectativa veraces de victoria.
Una vez más se han reunido los Estados que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América ALBA. En nuestra ciudad en su XII cumbre han ratificado la consolidación del bloque inter- regional - integrado por países de Sur, Centro-América, el Caribe- y sus principios originarios .Se adoptó la declaración conjunta de Guayaquil, que implica un compromiso solemne que recoge no solo los preceptos ideológicos del acuerdo, con un enfoque pragmático que posibilite la intensificación de la solidaridad del continente, también se estableció la futura creación de una “zona económica regional complementaria y solidaria” que sustente el intercambio comercial entre sus miembros y junto a otras uniones como Mercosur, Petrocaribe, Caricom constituir una “poderosa área económica”.
De igual manera, acciones para lograr altos estándares de calidad en educación y salud, como formas de optimización de derechos y garantías, fueron instituidas. El tema de la soberanía no pudo estar ajeno a la cita de las repúblicas del Alba, la consistencia del pensamiento político del pacto generó la determinación y la convicción de ser “Escudo contra la explotación y el neocolonialismo” .