Ante los ojos azorados del mundo que, sin embargo, hace muy poco por marcar el punto final al permanente acoso de Israel a la nación palestina, nuevos asentamientos judíos amanecen cada día en tierras del pueblo árabe y, en especial, en la asediada Franja de Gaza en donde el estado de sitio continúa, aun después de terminada la ofensiva ‘Margen Protector’ de Israel, el pasado 26 de agosto, operación militar que dejó como resultado 2.100 palestinos muertos y 67 israelíes -estos, casi todos militares-, fallecidos en las diversas contiendas, cuando, a decir de la periodista española Carmen Rengel, corresponsal de diversas publicaciones de la Península Ibérica en Jerusalén y Gaza, “el Ejército israelí ha arrollado a la población” de la invadida franja, a pesar de que cuenta con la tecnología necesaria para distinguir entre objetivos militares y civiles.
De la manera más atroz y acudiendo a los métodos más infames, incluso a químicos de alta agresividad, cuyo uso en la guerra se encuentra mundialmente prohibido, Israel aturde la existencia de los palestinos, especialmente la de aquellos que se encuentran asentados en Gaza, una de las regiones más densamente pobladas del planeta, con 4.118 personas por km², que sobreviven dolorosamente soportando el diario acoso y las más infames violaciones a sus derechos en un espacio que originalmente era de 360 km², para actualmente llegar a su mínima expresión como resultado de la permanente invasión sionista. En efecto, ante los ojos de la Organización de las Naciones Unidas, ejemplo de la injusticia, el descaro y la parcialización a favor de Israel, en fecha reciente, la municipalidad israelí dispuso la construcción de 380 viviendas para judíos en territorio palestino, en dos barrios de Jerusalén, lo que ha provocado la reacción de los invadidos, cuyas protestas Israel ha intentado callar volviendo a lanzar una ofensiva militar contra los palestinos de la Franja de Gaza, la más grave desde que concluyó la ofensiva ‘Margen Protector’.
¿Qué es lo que pretende Israel con esta conducta tan agresiva y despiadada? Por lo visto, ni siquiera es la implantación del colonialismo en territorio palestino. Es la desaparición total de los palestinos de aquellas tierras en las que vivían y que eran suyas desde muchos siglos atrás, tierras que con tanta ligereza la ONU dividió en 1947, para beneficiar a los judíos, otorgándoles el suelo que necesitaban para conformar el Estado de Israel en 1948. ¿Era esta la solución para el conflicto israelí? ¿Originando un nuevo problema armado para las dos naciones cuya enemistad se remonta a muchos siglos atrás? De ninguna manera. Y sumada a esta culpa de las Naciones Unidas, ahora la ONU ha adoptado una actitud desleal con la verdad y con la comunidad internacional, al parcializarse abiertamente a favor de Israel, lo cual le quita todo derecho para continuar siendo el árbitro del mundo.
En nuestros días, cuando ancianos, jóvenes y niños mueren en Gaza dentro de los templos, las escuelas y sus propios hogares destruidos por misiles, bombas y cohetes provenientes de Israel, recordamos que en el año 1 de nuestra era, ocupada Palestina por el imperio romano, el César impuso como rey de la invadida Jerusalén al judío Herodes. Ese 28 de diciembre, el feroz monarca ordenó asesinar a todos los niños menores de 2 años, matando a centenares de recién nacidos, desde Jerusalén a Belén, no logrando hacerle daño al palestino Jesús, que había sido protegido. Luego de veintiún siglos, ¿acaso se está repitiendo una parecida tragedia, en la misma Palestina del palestino Jesús, contra los hijos de su pueblo, perseguidos y diezmados por la ocupación israelí desde hace 64 años?