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El Telégrafo
 Pablo Salgado, escritor y periodista

El 1 x 1 ya tiene reglamento

24 de octubre de 2014

Luego de un año de vigencia de la nueva Ley de Comunicación, que contempla el denominado 1 x 1, los autores y cantantes nacionales no sienten que la situación en la difusión de sus canciones en las estaciones de radio haya cambiado mucho. Se escuchan las mismas canciones y los mismos cantantes de siempre, casi todos de pop. De ahí que muchos grupos y cantantes de otros géneros, como el rock, creen que ha sido un fracaso. Es por ello que el Consejo de Regulación de la Comunicación (Cordicom), que impulsa esta iniciativa junto a la Supercom, expidió el reglamento a la ley con la finalidad  de ‘garantizar’ que en los plazos previstos, hasta 2016, se cumpla esa disposición.

Todos sabemos que el amor por nuestra música no se logra por decreto. Es un proceso de acercamiento, conocimiento y entendimiento. Y esto, al igual que la lectura, se inicia en la escuela y en la casa. Es, además, un proceso que debe ser acompañado por el Estado a través de políticas públicas que permitan el surgimiento de la industria de la música y fomente el desarrollo del sector. No se trata solo de imposiciones, tanto a los productores radiofónicos como a los oyentes, pues es absurdo creer que una canción nacional se podrá imponerla por decreto en el gusto de los oyentes.       

En las recientes fiestas octubrinas, la Gobernación del Guayas y el Municipio de Guayaquil habrían invertido más de 1 millón 300 mil dólares en la producción de shows y conciertos musicales, la mayor parte de esos dineros salió del país con los artistas internacionales contratados. Y seguramente lo mismo sucederá en diciembre, en las próximas fiestas de Quito. La pregunta es: ¿de qué modo estos shows contribuyen al fomento y promoción de la música nacional? Y lo mismo podemos decir de todos los conciertos que tanto el Gobierno Nacional como los gobiernos locales ofrecen a lo largo y ancho del país. Todos son conciertos gratuitos, lo que -al decir de muchos músicos- en lugar de ayudarlos más bien los perjudica.

El nuevo reglamento es, para variar, sancionador. Establece multas de 10 salarios básicos -3 mil 400 dólares-, además de posibles acciones judiciales, para quien incumpla con la disposición. Cuando lo que corresponde más bien es, como lo han hecho otros países, expedir normas de fomento a toda la cadena productiva del sector y establecer formación musical inicial en todas las escuelas. Lo mismo sucede con la piratería, creer que por decreto o por imposición o con campañas agresivas y represivas se va a eliminar es, por decirlo de modo amable, una gran ingenuidad.

El nuevo reglamento también prohíbe todo ‘condicionamiento previo’ para la difusión de todas las canciones nacionales. Pero nada dice de la necesidad de capacitar y educar a todos los operadores y locutores de radio del país, que son en verdad los que hacen de programadores. Sin duda, hay material musical suficiente en el país, pero esos programadores lo desconocen.     

En todo caso, la Supercom, para celebrar la expedición del reglamento, realizará un megaconcierto en Cuenca, con la participación de más de 30 grupos, de los cuales 15 son de pop y apenas uno o dos de otros géneros musicales; durará 10 horas y será gratuito.

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