La preferencia por la educación, la seguridad, la salud y el crecimiento económico hacen de la República de Taiwán un modelo de desarrollo para los países que tienen gobiernos progresistas en nuestra América.
La tasa de pobreza de ese país, antigua isla Formosa (hermosa), es menor del 1% de sus habitantes (aprox. 230.000 pobres de una población total de más de 23 millones), según el Consejo de Planificación y Desarrollo Económico de dicha nación asiática.
Para reducir la pobreza, Taiwán ha conseguido ocupar una buena posición en el mundo de la tecnología, del cual este país es un gran escenario. El comercio exterior representa el 70% de su crecimiento económico.
Los productos electrónicos, informáticos, metalúrgicos, químicos y las maquinarias industriales son los bienes más exportados. También ocupa el primer puesto en el mundo como exportador de tarjetas de memoria de lectura (que van dentro de las computadoras).
Para continuar posicionándose en el campo comercial tecnológico, Taiwán creó el Parque Científico e Industrial de la ciudad de Hsinchu, con más de 500 empresas de investigación y diseño de aparatos de alta tecnología con 150.000 empleados. Este complejo generó, solo en 2012, unos $ 36.000 millones.
Según el Informe de Competitividad Global 2012-2013, dado a conocer por el Foro Económico Mundial, esta pequeña isla de 36.000 km cuadrados continúa manteniendo su posición como la 13ª economía más competitiva del mundo por tercer año consecutivo.
Otro factor al que ha apostado Taiwán es a la educación. El 22,5% de su presupuesto está destinado a educación y es prohibido por ley utilizarlo para otros fines. Con 62 universidades (51 públicas y 11 privadas), de las cuales 10 están entre el 1% de la excelencia mundial, el Estado destina 2,6 billones de dólares cada año a la educación superior.
De acuerdo a recientes datos estadísticos, en las universidades de Taiwán hay 40.000 estudiantes cursando doctorados, 180.000 haciendo maestrías y unos 60.000 extranjeros con becas a quienes el Gobierno les da una mensualidad de mil dólares.
En tanto que en nuestro país, a través de la nueva fórmula de distribución de recursos públicos, el Estado asignará 346 millones de dólares más para la educación superior en comparación al año pasado. Es así que el presupuesto para esta área en el presente año será de $ 1.656 millones.
En relación al PIB, para 2013 la tasa de inversión en educación superior llegará a 1,85%, mientras que en 2006 era del 0,73%. Esta inversión es considerada como una de las más altas de Sudamérica.
En conclusión, nosotros en Ecuador debemos ver en la educación la oportunidad de estructurar una ciudadanía consciente y preparada para potenciar nuestro desarrollo económico.
Creo en mi gente y en mejores días para nuestro país, pero entendamos el valor de la educación en su real dimensión, priorizando la excelencia académica.