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El Telégrafo

Educación hacia la excelencia

13 de julio de 2013

Del estado de postración en que se encontraba la educación en sus niveles, primario, medio y superior por diversas causales: situación socioeconómica, secuestro político, déficit de maestros altamente capacitados y hasta corrupción en algunos sectores; avanzan los correctivos con la aplicación de las leyes orgánicas de Educación Intercultural y Superior en la búsqueda de su excelencia. Inicialmente grupos retrógrados emprendieron acciones con la intención de boicotear el proceso de cambio, siempre alentado por la prensa comercial, declarada opositora permanente del gobierno de la Revolución Ciudadana.

Como una medida saludable, el régimen, de acuerdo con la Ley Orgánica de Servicio Público, invitó a los maestros de 65 y 70 años a someterse a la jubilación voluntaria y obligatoria con un atractivo incentivo económico. De cierto modo se depuran las filas del magisterio con el retiro de miles de maestros, que hoy disfrutan de un acogedor descanso. Hay otros miles a la espera de su turno para su merecida jubilación. Las autoridades de la Universidad de Guayaquil, en particular, se involucraron en los cambios de los sectores académico y administrativo, dispuestos a diseñar un nuevo perfil de los futuros profesionales, tomando en cuenta las necesidades del país y el mercado laboral.

Es evidente que maestros de rutilante carrera docente, en la edad de jubilados, lucen saludables y con energía, dispuestos a seguir prestando su contingente a la juventud. Hoy, en homenaje a esa generación de jubilados que enalteció con sus enseñanzas a la educación superior, es invitada a reingresar a la universidad y escuela politécnica bajo la modalidad de contratación. Acertada medida, si se considera que han quedado vacíos en el área académica y que se requiere un proceso de preparación para sus reemplazos.

En el nivel medio el panorama es diferente. Los facultades de Filosofía, convertidas en centrales políticas, no cumplieron con una formación idónea de sus egresados. No es fácil cubrir miles de plazas de los maestros jubilados y por jubilarse. El gobierno del Buen Vivir, comprendiendo la urgencia de formar excelentes maestros, con sentido vocacional y convencidos de que su aporte contribuirá al desarrollo del país, amplió su invitación a todos los profesionales de las distintas ramas, no necesariamente con títulos de segunda enseñanza, a inscribirse a un concurso para ingresar al magisterio secundario, pero con la obligación de aprobar un seminario intensivo de conocimientos y pedagogía.

La intromisión política, el facilismo para ingresar a los colegios y el ocio incidieron en el reducido rendimiento de un sector de maestros secundarios. Con la gratuidad de la educación en todos sus niveles, maestros honrados, capaces, y un nuevo diseño de los fines de la enseñanza, habremos alcanzado la excelencia educativa que incluye la formación de una juventud responsable, dedicada a superar dificultades y a contribuir en la construcción de un Ecuador próspero donde se vislumbre la paz y la justicia social para todos.

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