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El Telégrafo

Ecuador se tomó la “Catedral del Tenis” hace 13 años

18 de julio de 2013

El martes 16 de julio se cumplieron 13 años del triunfo del equipo ecuatoriano de Copa Davis sobre Gran Bretaña como visitante en Londres, y nada menos que en el césped “sagrado” de Wimbledon. Recuerdo ese momento como si hubiese ocurrido ayer y sé que lo recordaré durante toda mi vida. Fue un momento inolvidable para los jugadores, para mí como capitán y para todos los ecuatorianos que tuvieron la suerte de estar apoyándonos desde las gradas para lograr esta hazaña del deporte ecuatoriano.

Para llegar a jugar el play-off contra Gran Bretaña tuvimos que vencer a Colombia en Bogotá por 5-0, con un equipo integrado por Nicolás Lapentti y Luis Adrián Morejón como singlistas, Andrés Gómez formando la pareja de dobles con Nicolás y Giovanni Lapentti como cuarto jugador. Un par de meses después logramos una difícil victoria sobre Perú en Lima por 3-2, con los mismos jugadores. Ese triunfo nos colocaba a un paso del anhelado Grupo Mundial.

Los británicos llegaron a disputar esta serie como favoritos, pero Ecuador fue superiorPasaron 14 años desde la última presencia de nuestro país en ese exclusivo grupo conformado por 16 equipos. Teníamos mucha expectativa por el sorteo que se realiza todos los años en la sede de la Federación Internacional de Tenis (ITF) en Londres. Sabíamos que los rivales eran complicados y esperábamos que el sorteo nos designe como locales.

Cuando supimos que el rival era nada menos que Gran Bretaña, con Tim Henman y Greg Rusedski, jugadores de la élite del tenis, especialistas sobre césped, jugando en Wimbledon, con su público, sabíamos que nuestras probabilidades de triunfo eran muy remotas.

El equipo estuvo conformado por Nicolás Lapentti, Luis Adrián Morejón, Giovanni Lapentti y Andrés Intriago, jugador juvenil, pues Andrés Gómez había anunciado su retiro del equipo Copa Davis después de la serie contra Perú a los 40 años de edad.

En Londres tuvimos una muy buena semana de entrenamiento,  nos alojamos en un hotel alejado del ruido de la ciudad, en una zona muy tranquila llamada Richmond, caminábamos para cenar en el pueblo y después jugábamos cartas en el hotel. El sorteo se realizó en uno de los salones del All England Lawn Tennis and Crocquet Club, la sede del legendario torneo de Wimbledon. Los partidos se jugarían en la cancha # 1, con capacidad para 11.000 personas.

Los jugadores que escogí para los singles fueron Nicolás Lapentti y Luis Adrián Morejón, y Nicolás y Giovanni Lapentti como pareja de dobles;  Roger Taylor, el capitán británico, designó a Tim Henman y Greg Rusedski como titulares en individuales y dobles. La prensa inglesa daba como un hecho una fácil victoria británica y el excapitán David Lloyd declaró que jugar contra Ecuador sobre césped era más fácil que jugar contra un colegio de ciegos.

El viernes 14 de julio, Nicolás abrió la serie contra Greg Rusedski, un zurdo con el saque más potente del circuito, pero “Nico”, con su juego inteligente, táctico, aprovechó las oportunidades que se le presentaron en el servicio de Rusedski y lo atacó sobre el revés siempre que le fue posible y lo venció por 6-3, 6-7, 7-5,  4-6,  7-5. Ese partido cambió la mentalidad del equipo y, a pesar de que Henman igualó la serie con un triunfo sobre Morejón, se respiraba un gran optimismo dentro del equipo.

Para el partido de dobles, los británicos sacaron a Rusedski de la alineación, por una lesión en el pie y su reemplazo como pareja de Henman fue Arvind Parmar, un jugador alto, de buen servicio, con amplia experiencia en el circuito ATP y, sobre todo, con buenos resultados sobre hierba. Pero, contra todo pronóstico, Nicolás y Giovanni, jugando un gran tenis, sorprenden una vez más a los anfitriones y ganan el partido 3 sets a 0, para ponernos en ventaja 2-1.

Sabíamos que todavía quedaba mucho tenis por delante y que iba a ser muy complicado para Nicolás vencer a Henman. Tenía que decidir a quién alinear en caso de llegar a un quinto y decisivo partido: ¿A Morejón, con su mayor experiencia en Copa Davis? ¿O a Giovanni Lapentti, con apenas 17 años de edad? La decisión no fue fácil, pero aposté por Giovanni, por la manera en que afrontó el partido de dobles, con gran actitud  y por la forma como había funcionado su servicio en ese partido, un arma muy importante sobre esta superficie.

El domingo, Henman jugó un tenis impecable contra Nicolás y no lo dejó encontrar nunca su ritmo, atacándolo todo el tiempo y definiendo cerca de la red para ganar en sets corridos e igualar la serie 2-2. Definían la serie Arvind Parmar y Giovanni Lapentti. A pesar de que Giovanni estaba jugando un buen partido,  Parmar se llevó los dos primeros sets 6-4 y 6-3. Tal vez se relajó un poco o pensó en que Giovanni se iba a rendir, pero sucedió lo contrario. Giovanni mejoró su porcentaje de primeros servicios, empezó a jugar más suelto y ganó el tercer set rápidamente 6-1. La expresión en el rostro de Parmar cambió. Se podía ver que estaba tenso. Esa tensión aumentó cuando Giovanni se llevó el cuarto set 6-3.

En el quinto, ambos tenistas mantuvieron sus servicios, Giovanni llega al descanso con ventaja de 4-3. Nunca olvidaré que, mientras le daba instrucciones, me miró y me dijo: ”No te preocupes, que aquí le quiebro el servicio“. Y fue justamente lo que hizo: rompió el saque y tomó una ventaja de 5-3. En el último game, con el marcador 30-15, el juez portugués Jorge Dias corrigió al juez de línea que había cantado out una derecha de Giovanni que había tocado la línea. Segundos después Giovanni lo ganaba en el primer match point.

Había sucedido lo imposible, habíamos vencido a la poderosa Gran Bretaña en su propia casa, en la “Catedral del Tenis”, frente a su propio público. Giovanni estaba tendido de espaldas sobre el pasto y yo fui el primero en llegar a abrazarlo, después se formó una montaña humana con el resto del equipo.

El  público estaba incrédulo y en un primer momento nos silbó, pero cuando Giovanni levantó la bandera de Ecuador y dimos la vuelta a la cancha celebrando, todos terminaron aplaudiendo y reconociendo nuestro triunfo.

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