Publicidad

Ecuador, 24 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Ecuador, ¡gigante en soberanía y solidaridad!

30 de agosto de 2012

La humanidad acaba de vivir un momento sin parangón en su historia. Motivado por la persecución al joven australiano Julian Assange. Admirado por unos, satanizado por otros.

Fundador de WikiLeaks, una organización dedicada a publicar documentos secretos de gobiernos y organismos de todo el mundo, especialmente de la política exterior de los EE.UU. y las grandes potencias. Por lo que su popularidad ha ido en aumento.

No obstante, en 2010, un tribunal de Suecia pide su extradición por supuesta violación sexual de dos mujeres, orquestándose una campaña de desprestigio, presumiéndose que sea extraditado a los EE.UU., donde han pedido que se lo juzgue por espionaje, delito sancionado con la pena de muerte.

Como ocurrió con los esposos Julius y Ethel Rosenberg, ejecutados en la silla eléctrica, acusados de espionaje en 1963. Ambos militantes de la Juventud Comunista de los EE.UU. Ahora se sabe que una de las acusadoras de Assange, la feminista radical Anna Ardim, es cubana y tiene vínculos con la mafia anticastrista ligada a la CIA.

El 19 de junio Julian Assange se asila en nuestra embajada en Londres. Y el 16 de agosto nuestro Gobierno le concede el asilo, desatando la furia imperial inglesa.

Conviene recordar que el criminal Augusto Pinochet vivió muy orondo en Londres, protegido por el Reino Unido, no obstante el juicio penal seguido por el ex juez español Baltasar Garzón en su contra. Alegando razones humanitarias, lo regresaron a su país, burlándose de la justicia.

Así mismo, Nelson Mandela, el líder sudafricano, combatiente por la independencia de su país del imperio inglés, condenado a cadena perpetua, permaneció 27 años confinado en una celda inmunda. Y si de crímenes políticos se trata, muchos han sido los líderes populares asesinados por los EE.UU. o con su apoyo.

Citemos algunos: Farabundo Martí, Augusto César Sandino, Jorge Eliécer Gaitán, Ernesto “Che” Guevara, Martin Luther King, Omar Torrijos, Jaime Roldós, en nuestro continente. Patricio Lumumba, Amílcar Cabral, Mauricio Bishop, Saddam Hussein, Muamar Gadafi, del África y Medio Oriente. Así es que, no debió sorprender la actitud prepotente del Gobierno inglés, aliado del imperialismo norteamericano.

Mas, nuestro país, pequeño en tamaño, gigante en dignidad y soberanía, convocó a sus amigos. Los cancilleres de la ALBA, Unasur, de la América toda, a que le den su solidaridad en la defensa de la inviolabilidad de las sedes diplomáticas.

El 24 de agosto, en la Asamblea de la OEA, los países latinoamericanos y del Caribe se solidarizaron por unanimidad. El Gobierno de EE.UU. se quedó solo acompañado de Canadá.

Comprensible, puesto que es una monarquía parlamentaria británica. Aquello es expresión de que los tiempos han cambiado. ¡La unidad es la fuerza! Londres reconoció su error.

Contenido externo patrocinado