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El Telégrafo

Economía del bien común

21 de junio de 2012

Esta tesis se presenta como un modelo económico alternativo al capitalismo de mercado que ha hundido a Europa en la actual crisis económica. Sustentada por el sociólogo y escritor austríaco Christian Felber, sostiene una serie de valores medibles: confianza, honestidad, responsabilidad, cooperación, solidaridad, generosidad y compasión, entre otros. Se basa en el principio constitucional: “Toda actividad económica sirve al bien común”, recogido por algunas Constituciones progresistas.

El balance del bien común se mide sobre la base de cómo una empresa mantiene la dignidad humana, la solidaridad, la justicia social, la sostenibilidad ecológica y la democracia con todos sus proveedores y clientes. Para los defensores de la economía del bien común, aquellas empresas que les guíen esos principios y valores deben obtener ventajas legales que les permitan sobrevivir al afán de lucro y la competencia capitalistas.

Siguiendo estos criterios se estructura una clasificación de las empresas, que será la que las haga merecedoras de mayores o menores incentivos, para permitir que las compañías más justas sean competitivas frente a aquellas que pasan por encima de reglas y valores, compitiendo de manera desleal, con trabajadores explotados y salarios miserables. El balance económico y la obtención de beneficios monetarios pasarán a un segundo plano.

Como complemento a esta economía empresarial, se intenta poner límites superiores e inferiores a lo que sería considerable como ético, por ejemplo: no se consideraría ético un patrimonio personal superior a 10 millones de euros, o un salario máximo superior a 20 veces el mínimo. Con ello se pretende poner freno a la desigualdad social, que la seguirá habiendo, pero en menor medida. Y aunque ustedes no lo crean, este modelo ya es una realidad en 340 empresas de 4 países de Europa, a saber: Alemania, Austria, Italia y Suiza.

La valentía con que Felber refuta el actual modelo capitalista es algo que invita a seguirlo. La economía del bien común tiende a ser una forma de economía de mercado, pero en esta la polaridad de los motivos y objetivos de las empresas se invierte y se pasa de un modelo que busca la competencia y la maximización de ganancias a una estructura orientada a la búsqueda del bien común, donde el objetivo es la satisfacción de la comunidad.

Fomentar la confianza, la responsabilidad, la compasión, el apoyo recíproco y la cooperación son patrones de un comportamiento humano que están muy arraigados en la civilización democrática. Volver a ellos y recordar que existen puede dar luces en la oscuridad de un sistema capitalista basado en la usura y la crematística más despiadada contra el ser humano, donde han imperado los principios de la depredación y el agotamiento de los recursos naturales. La actual crisis capitalista responde a un derrumbe de la ética, y la recomposición de estos valores bien puede ayudarnos a encontrar el camino perdido que, como humanidad, necesitamos retomar.

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