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El Telégrafo
Aníbal Fernando Bonilla

Donoso Pareja o la reinvención de un creador permanente

31 de marzo de 2015

Desde el vértigo de la invención y reinvención, Miguel Donoso Pareja (Guayaquil, 1931-2015) deja un enorme legado de ética y estética en el ambiente ecuatorial, latinoamericano y mundial. Ya que su bagaje escrito tiene una dimensión universal, a partir de tramas que advierten en la contemporaneidad el cauce tormentoso del hombre.

Por eso, el destierro, el desarraigo, la soledad, el amor, el desamor, el fracaso, la ausencia de la otredad, la lejanía, la nostalgia, etc., se contraponen y complementan entre sí, en la producción del autor referido. “Como podrá verse en la obra de Miguel Donoso Pareja, el escritor ha asumido la intención de ofrecer verdaderamente, con la literatura, una perspectiva diferente de la realidad, lo cual debe darse a través de la construcción de renovadas formas de decir las cosas: Donoso ha sabido hallar nuevos lenguajes para cada empresa literaria”, describe Fernando Balseca.

El aporte de Donoso Pareja a las letras trasciende por su capacidad de ruptura y denodada manera de autoanálisis de su pasión mayor: la literatura. Él, desde una perspectiva integral, se funde como un escritor en la más amplia acepción del término (narrador, poeta, ensayista, crítico). Con su peculiar tono irónico consideró que “…la literatura no opera por signos como el lenguaje común sino por representaciones  que provocan nuevas percepciones. No hay que narrar el miedo, sino transmitir ese miedo al lector. Y para eso hay que saber mentir muy bien”.

Pero a más de esteta de la palabra, fue un gestor cultural y un maestro de talleres literarios, que tuvo su aporte principal en su larga estancia en México (exiliado por consideraciones ideológicas) y, luego, en nuestro país. Suscitador como ninguno, Donoso Pareja también fue un provocador de las ideas y un incendiario con las reglas formales establecidas. Su apego al oficio literario lo llevó a mantener una regular colaboración como articulista en varios medios impresos.  

Autor de un nutrido material bibliográfico, considero pertinente resaltar las publicaciones compilatorias efectuadas por la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión (El texto como prueba) y por la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, a través de su editorial Mar Abierto (Obras Completas – Ensayos).

Pero su interés por abordar renovadas maneras de escritura traspasó con la necesidad intelectual de reformular tesis inherentes a la situación policultural del territorio patrio. Desde una vista censora puso el dedo en la llaga, respecto de las características de los ecuatorianos(as). En su libro Ecuador: identidad o esquizofrenia (Eskeletra editorial, 1998) alertó sobre ciertos rasgos identitarios que provocan escisión en el territorio patrio (como el caso palpable del regionalismo). Ante lo cual planteó aspectos que permitan superar complejos y caducos paradigmas, en la tarea conjunta de robustecer la identidad nacional, más allá de polos geográficos, intereses de grupos económicos, rezagos históricos, acuerdos de sectores políticos.    

Comparto sus versos desde las profundas olas de la vida: “La muerte es un país donde tu cuerpo/ le dice no a la muerte, se desnuda/ terriblemente en carne viva,/ dolidamente en dos, abierto en dos,/ en dos sitios el pie, en dos las muertes,/ doble también la patria,/ el ojo minucioso que la mira.// La lengua es un país,/ la baba densa del naufragio”.

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