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El Telégrafo

Dirigentes: ¿Mecenas o gestores?

20 de abril de 2012

Algunos dirigentes llegan a presidir un equipo, quizás más porque en su campaña lograron acaparar la mayor atención de los socios e hinchas que por experiencia, conocimiento o sabiduría.

Malas administraciones:

Dirigentes más pasionales que profesionales. En sus administraciones, dejan a sus clubes endeudados, en puestos irregulares en la tabla de posiciones.

Dice Vincente Monnier: “vemos que la gestión es muy débil tanto a nivel de federaciones como de clubes, ya sean entidades grandes o pequeñas. Por la mala reputación en el fútbol se pierden inversiones”.

Un equipo con mala dirigencia pierde valor, su imagen se ve afectada, tanto así que los patrocinadores potenciales no invierten. Nadie quiere asignar recursos a una entidad que está mal gestionada.

La mayoría de los clubes están administrados por personas amateurs, que poseen empresas privadas y que solo en su tiempo libre se dedican a estos. Una gestión semejante, que involucra gran cantidad de dinero y de gente y que tiene una función social tan importante, no puede ser administrada sin las herramientas adecuadas.

Falta de gerencia deportiva:

En los países, ya sean estos desarrollados o subdesarrollados, hay un elemento que se repite: la carencia de gestión deportiva, sea cual fuere la dimensión de la entidad. Los dirigentes, en todo el mundo, incluso aquellos que se cuentan con cierta formación, tienen una visión a corto plazo, buscan ganar un campeonato o lograr el dinero de la venta de un jugador; pero no saben ver más allá de eso.

Les falta una visión a largo plazo. No se puede administrar una institución pensando como un hincha. Por eso, hay que contar con gerencias profesionales. Cada decisión, en cualquier área, debe ser tomada analizando antes los pro y  los contra. Podría pensarse en un club como una empresa, donde la dirigencia vendría a ser equiparable a los accionistas que marcan las pautas generales y la gerencia se ocupa de la gestión cotidiana.

Mala decisiones:

Nuestros dirigentes suelen creer que basta con tener una buena chequera para poder liderar un equipo. Deciden hacer grandes contrataciones, de grandes “jugadores” con unos sueldos millonarios y aquellos futbolistas  terminan decepcionando.

No invierten en canteras, solo utilizan el dinero para comprar y comprar. Como no hay cantera, no  hay venta de jugadores. Estamos en un mundo en el que se necesita la construcción de grandes figuras desde muy jóvenes.

No deciden emplear el dinero en estructuras tecnológicas y de alto rendimiento, que permita a los jugadores entrenarse para producir dentro del campo.

Lo difícil para los dirigentes es saber en qué espacios en concreto puedes mejorar, determinarlos y trabajarlos. Un proyecto no solo depende de la inversión económica. No es una pieza única la que hace funcionar toda la maquinaria, todo suma. Todo es cuestión de tiempo, tranquilidad y serenidad.

Un club necesita menos empirismo, más profesionalización, igual amor por los colores. O sea el que sueña y define objetivos será el dirigente. El que fije plazos y factibilidad será el gerente profesional de la gestión.

¿Cómo formar nuevos dirigentes?

La FIFA a través de su programa del Centro Internacional de Estudios del Deporte (CIES), actividad que mueve millones de personas y de recursos, se acercará al mundo académico.

Dedicado al análisis estadístico del deporte en toda su diversidad, este proyecto de la FIFA acaparará a todos los países estratégicos. Los convenios lo desarrollan con las universidades.  

Vincent Monnier es el encargado de organizar el encuentro mundial de dirigentes deportivos previsto para este mes, además de lanzar la novena edición del curso de Derecho y Management del deporte.

Sería de vital importancia que en nuestro medio, alguna universidad, aprovechara este proyecto y realizara un convenio con el CIES.

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