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El Telégrafo
Pablo Salgado Jácome

Diálogo nacional sobre el libro y la lectura

21 de julio de 2017

Cada vez son más los escritores que deciden autopublicarse. Cada vez se prescinde más de las editoriales y las librerías. Así, en España el 35% del crecimiento del sector corresponde a las autopublicaciones. En Ecuador sucede lo mismo. Si bien no tenemos cifras, cada vez es más frecuente que los autores -noveles y ya con trayectoria- decidan publicar por cuenta propia. Eso sí, con autosellos que nacen para cada libro. Aunque el crecimiento de las editoriales independientes también es evidente.

Resulta interesante y decidor mirar las cifras de España: el 84% de los libros autopublicados es de ficción; el 42% de esos libros es escrito por mujeres; el 16% es de autores menores de 35 años. Cifras que revelan ciertas tendencias de un mercado que -en buena hora- tiene un crecimiento en la venta de libros. La última Feria del Libro de Madrid tuvo un crecimiento de 8% en relación al año anterior. Otro dato interesante es que el 48% de los libros que se comercializan en Amazon son autopublicaciones.

Casi la mitad. Obviamente, resulta más sencillo y menos costoso subir -por cuenta propia- un libro a Amazon y comercializarlo directamente, sin la intermediación de una editorial. Ya sabemos que los porcentajes por distribución y venta son escandalosos, siempre en perjuicio del autor.  Sin embargo, el prescindir de esa intermediación hace que  en verdad el riesgo de publicarse cualquier cosa sea aún mayor, sin un filtro de mínima calidad. Sin un proceso de edición y peor de rigor estético. Digo mayor porque, en la práctica, con las editoriales -no todas- sucede lo mismo: se paga el costo y la editorial lo publica, aunque en verdad al menos se corrigen las faltas de ortografía.

Todo esto para insistir en la necesidad de que -al fin- Ecuador cuente con un Plan Nacional del Libro y la Lectura, mandato además de la Ley Orgánica de Cultura que -entre paréntesis- ya se han incumplido todos los plazos para la expedición de sus respectivos reglamentos. El plan es elaborado en el Ministerio de Cultura y Patrimonio bajo la responsabilidad directa de los conocidos escritores Édgar Allan García y el ‘Maestro’ Antonio, como lo llaman los jóvenes poetas a Antonio Correa, quien está vinculado al libro de toda la vida, desde que llegó -jovencito- a Ecuador con el Círculo de Lectores que, en su momento, tanto hizo por la promoción del libro.

Alabo y comparto el entusiasmo con el que están trabajando. Y por primera vez se está articulando al sector público. Sin embargo, un plan nacional no puede construirse bajo cuatro paredes y en un par de escritorios. No. Tiene que construirse de un modo activo y participativo. Todos los actores del libro deben participar: editores, escritores, docentes, gráficos, promotores, libreros, bibliotecarios. Medios de comunicación, padres y madres, colectivos ciudadanos, etc., del sector público y privado. Es la oportunidad para -como hemos dicho antes- realizar una gran cruzada nacional.

Lo importante para el éxito de un plan es contar con cifras, un diagnóstico que permita visualizar el sector y plantearse metas. ¿Los ecuatorianos leemos medio libro al año como con frecuencia se repite? Recuerdo que el presidente Santos -en la entrega de los premios Gabo- anunció las metas de los dos años finales de su  gobierno: formar 250 nuevos promotores de lectura, pasar de 2 a 3 los libros que cada colombiano lee al año, e incrementar 120 nuevas bibliotecas a su sistema nacional.

Si hay un tema sobre el que todos debemos dialogar, es el libro. Si algún tema nos debe unir a todos los ecuatorianos, es la lectura. Si para algo debemos tener siempre las manos extendidas, es para el libro y la lectura. (O)

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