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El Telégrafo

Día de emociones

31 de mayo de 2013

Cuando la rancia oligarquía posesionaba a “sus” presidentes, el pueblo siempre estuvo ausente. Cuando las élites -con elegantes fracs y guantes blancos- asistían a los banquetes en Carondelet, al pueblo no le llegaban ni las migajas. Cuando los “patriarcas de la componenda” se reunían para repartirse la troncha, el pueblo era el afectado. Los “entontecidos por el dinero” -al día siguiente de la posesión- comenzaban su desesperada carrera para acumularlo, vendiendo en parcelas  la patria.

El pueblo sufría. La “política” que practicaban los traidores y vasallos se fue degradando a tal extremo que las gentes decentes de este país la miraban con desprecio. Esa fue otra trampa perversa.

Angustiado el pueblo ante tantas frustraciones, eligió pan, techo y empleo; recibió a cambio garrotazos, asesinatos, torturas. Eligió al poder de la experiencia, que rifó la soberanía del país firmando los TBI.

Este es el nuevo Ecuador:
altivo, digno, incluyente.
El nuevo Ecuador que, por
sus éxitos, hoy cautiva
también a Europa
Apareció luego el de las Siete Armonías, que expulsó a millones de ecuatorianos, por la tragedia del feriado bancario. Después vino el que moriría en el intento… de ser el mejor amigo del imperio. En fin, una decepción tras otra.

Hasta que el pueblo encontró al líder idóneo para recuperar la patria. Desde el 15 de enero de 2007 a esta parte, muchas cosas han cambiado para bien del Ecuador.  

Viernes 24 de mayo de 2013. Ajetreo en la Asamblea Nacional. Varios presidentes e invitados especiales acudían a la cita. Les acompañaba una dama afroecuatoriana. Indígenas de la Amazonía y de la Sierra cumplían también con eficiencia las labores de recepción.

En su discurso, Gabriela Rivadeneira -entre otras cosas importantes- dijo al país: “(…) Por primera vez en la historia, ser indio, ser negro, ser cholo, ser montubio ya no es un estigma del cual nuestros niños y jóvenes tengan que avergonzarse. Ahora es motivo de su orgullo y se puede ver cómo, a lo largo y ancho de la patria, cada ciudadano y cada ciudadana de diferentes etnias y nacionalidades ostentan hasta con sana vanidad su sentido de pertenencia a sus ancestros (…)”.

“(…) Ahora todos los sectores sociales y económicos tienen la oportunidad de una superación con dignidad. Tanto que nuestros hermanos con capacidades especiales, que fue la población invisible de este país, que fue la población maltratada y discriminada, ahora son los mimados de la Revolución Ciudadana, gracias a ese otro gran amante de las utopías como es Lenín Moreno (…)”.

Finalizada la brillante intervención de Gabriela, el Coro de Niños Cantores del Pueblo (todos fueron rescatados del trabajo informal) interpreta “¿Cómo será la patria?”. Es cuando aparece María José Araujo, de 15 años de edad, con síndrome de Down, quien entrega la banda presidencial a Rivadeneira para que a su vez la coloque al presidente Correa. Momento muy emotivo. Los hermanos discapacitados hoy no son excluidos. Son protagonistas.

Este es el nuevo Ecuador: altivo, digno, incluyente. El nuevo Ecuador que, por sus éxitos, hoy cautiva también a Europa.

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