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El Telégrafo

Deuda con Assange

09 de julio de 2012

Por sospecha elemental las víctimas universales de las políticas imperiales que terminan en dictaduras, invasiones, bombardeos, golpes de Estado, crisis insolubles, etc., eran manipuladas por sus embajadas a través de sus agentes mercenarios, informantes y meritorios reclutados por la CIA y las ONG de intromisión.

Pero la "sospecha" era desmentida con audacia y hasta se convertía en materia de burla mediática ante la presencia del "cuco" imperialista.

Hasta que, gracias al aparecimiento de Julian Assange y sus desconcertantes y hoy famosos WikiLeaks se llegó a desenmascarar la verdad de la milanesa.

No se trataba de suposiciones ni de acertijos: son textos reales, originales, escritos por las propias embajadas y enviados al Departamento de Estado en la Casa Blanca para que asuma la correspondiente intromisión.

Assange entregó o vendió millares de WikiLeaks, primero a 4 grandes diarios de circulación mundial, pero luego los desparramó como programas de circo.

Y en cada rincón de la tierra donde la garra gringa tiene intromisión, allí se ha armado un aquelarre al revelarse opiniones y acciones para imponer sus designios en forma directa o por medio de sus mercenarios, como acaba de acontecer con Paraguay.

Assange no robó, ni falsificó, ni adulteró los mensajes. Aparte de  no usar preservativos en sus múltiples aventuras sexuales, su delito es haber abusado de la libertad de prensa al divulgar lo escrito por las embajadas a su sistema de espionaje mundial.

Su delito mayúsculo, que le puede acarrear la pena de muerte si lo agarra la justicia gringa, que ya está hablando de "espionaje", es la divulgación  mundial de los “wikies”.

Si a los 5 cubanos que no hicieron nada contra el Imperio los condenaron a varias cadenas perpetuas (para que las cumplan en la otra vida), a este Assange le aplicarán varias penas de muerte, una atrás de la otra.

El asilo que ha pedido a Ecuador debería otorgárselo la ONU, la CELAC, UNASUR o el ALBA, porque la deuda con Assange es mundial.

Ecuador solito puede y debe otorgarle el asilo, aunque la venganza contra nosotros sea terrible, descomunal, que ganas no le faltarían a quienes han sido sorprendidos en delito flagrante o como dicen abogados criollos: con las manos en la masa. Pero no sería justo cuando la deuda con Assange es universal y sin limite de tiempo, imprescriptible.

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