…Así quedaron algunos grupos de la más recalcitrante derecha ecuatoriana, después de las elecciones del 17 de febrero. Fueron desaparecidos del mapa político nacional. Enterrados por cerca de 5 millones de votos logrados por Rafael Correa, que los grupos aniquilados -todos formando parte de la más dura oposición- jamás sospecharon llegaría a suceder.
Estas otrora organizaciones políticas, hoy en estado de agonía con diagnóstico de muerte inmediata para bien del país, pues desde su aparición en la escena pública ecuatoriana su trayectoria se caracterizó por manejar de manera nada santa los fondos del Estado y no responder a las necesidades del pueblo mientras -en cambio- crecían sus bolsillos, fueron apabulladas en las urnas del reciente proceso electoral por Alianza PAIS en la primera vuelta, lo que dejó sin esperanzas a la partidocracia que toda maltrecha partió hacia el olvido.
Con el apabullante resultado electoral que muy pocos de la oposición esperaban, se les pasó su cuarto de hora a partidos y a personajes políticos que realmente muy poco tenían que hacer en el escenario nacional. Sin mucho que decir, quedaron aplastadas para siempre -y con resultados electorales de vergüenza- organizaciones políticas como el PRE –con tan solo el 1,19% del total de los votos-, que como siempre equivocó su ruta, la cual esta vez puso en manos de un pastor evangélico sin pena ni gloria, que solo recurrió al insulto sin base en sus intervenciones.
Y quedó enterrado también el movimiento Ruptura 25, de muy corta y poco trascendente trayectoria, con su candidato presidencial Norman Wray, quien obtuvo un pobre 1,35%. Lo cierto es que el histórico proceso electoral del 17 de febrero tuvo grandes sorpresas que hundieron para siempre a algunas agrupaciones políticas de oposición, como a Sociedad Patriótica y su candidato presidencial Lucio Gutiérrez, quien ya creía era segura para él, por segunda ocasión, la primera magistratura, pero un pequeñito 6,85% lo dejó en un modesto tercer lugar, inexcusable para un ex presidente de la República.
Algo parecido es el caso de Álvaro Noboa, quien con una persistencia inexplicable -por quinta ocasión- participó en una contienda electoral presidencial, ubicándose en un pobre quinto lugar con tan solo el 3,68% de la votación, lo cual a buen entendedor significa que el magnate ecuatoriano, por mucho dinero que tenga, realmente no tiene posibilidades de acceder a la Presidencia de la República. Y ni qué decir de Alberto Acosta y sus desacreditados aliados conocidos como tirapiedras, que no fortalecieron en nada esta candidatura que obtuvo un inconfesable 3,3%, que lo obliga a meditar en su retiro.
Y las sorpresas también van en tono positivo para dos personajes políticos de muy reciente data en la escena nacional. El banquero Guillermo Lasso, que exhibe en sus intervenciones su profundo criterio de derecha ideológica, ocupó el segundo lugar con un puntaje de 22,97%. Al aceptar su derrota, el banquero expresó: “Vamos a inaugurar la oposición en el país”. A su vez Mauricio Rodas, joven quiteño de 37 años, apareció a última hora en la lid electoral y ocupó el cuarto lugar con un 4% en las votaciones. Ambos dirigentes, de seguro que tendrán presencia en el escenario político nacional, manejándose sin duda en la oposición, con argumentos y acciones muy propios de la derecha.