La frase: “Lo que natura no da, Salamanca no presta” sentencia que si la naturaleza no ha dotado a una persona de inteligencia, aptitudes y talentos, la educación que reciba no se lo puede dar.
No se puede aprender cuando no se tiene o alcanzan las condiciones para aprender. Igualmente debemos decir: nada ni nadie debe desconocer los conocimientos, habilidades y destrezas alcanzadas en el proceso educativo.
No nos deben negar o robar lo que cada persona ha aprendido. Por ejemplo, si se aprueba Matemática 1, pero por no haber aprobado Castellano 1 u otra materia, se obligue a repetir el curso y por lo tanto Matemática 1, que ya aprobó. Es equivalente a que no pueda estudiar música, donde obtuvo excelentes resultados, por no poder caminar o ser no vidente, etc. Igual violación se da cuando aprobado el prerrequisito académico se prohíbe que siga estudiando lo que el flujo permita.
En el ejemplo anterior, si aprobó Matemática 1, sin importar los rendimientos en las otras materias, debe seguir Matemática 2. Estos atentados a los derechos humanos se dan todos los días en la selección de personal, en los cursos de capacitación y en cualquier curso de los sistemas educativos.
No soy partidario de la promoción automática. Se sabe desde que se matricula que va a ser promovido sin hacer ningún esfuerzo por estudiar. Es un himno a la vagancia, a la mediocridad.
El sistema educativo a nivel mundial descansa en unas expectativas falsas “de que ciertos objetivos educativos deberían alcanzarse a unas ciertas edades”… “Se ha comprobado científicamente que estas diferencias pueden influir profundamente en el desempeño de un curso escolar. Por ejemplo, cerca del diez por ciento de los niños no tienen el cableado cerebral necesario para leer a la edad que se espera que lean” (John Medina).
John F. Kennedy, sobre los derechos civiles el 11-VI-1963 expresó “avanzar y proporcionar el tipo de trato igualitario que querríamos para nosotros mismos; proporcionar una oportunidad a cada niño de recibir educación hasta el límite de su talento”… “No todos los niños tienen el mismo talento, las mismas aptitudes o la misma motivación, pero sí deberían tener el mismo derecho de desarrollar su talento, sus aptitudes y su motivación, para conseguir realizarse”.
Ya Carlos Marx en La crítica del Programa de Gotha decía “democratizar a la universidad, sin antes democratizar a la escuela, solamente favorece a la burguesía”. Eduquemos las aptitudes y talentos que tenemos, no los desperdiciemos.