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El Telégrafo

Derecho a estudiar hasta el límite de las aptitudes y talentos (3)

30 de marzo de 2013

Moshé Feldenkrais (1904-1984) israelí, nacido en Rusia, fue un científico, doctor en ciencias de la Sorbona, ingeniero, físico, inventor de un método revolucionario de educación somática que lleva su nombre, aplicable a todas las personas y edades. Su interés se centró en cómo desarrollar las capacidades humanas latentes de aprendizaje, expandiendo la autoconciencia por el movimiento y “sobre la aptitud de cada uno (al margen de nuestras circunstancias y limitaciones) de desarrollarse, cambiar, mejorar y convertirse en un ser humano más autónomo” (David Zemach-Bersin). Sostuvo que “el aprovechamiento de sólo el diez por ciento de nuestra capacidad cerebral es una limitación heredada del pasado. La mayoría de las personas construye sus vidas alrededor de los picos de su aprendizaje orgánico; este es el origen de sus limitaciones y de la mala utilización de sí mismos”… 

“Cada uno de nosotros posee uno o dos picos y el resto es sólo potencial”. La tragedia de gran parte de la humanidad, por miles de años hasta el presente, se da cuando mostramos rendimientos insatisfactorios en aspectos que tienen  que ver con alguna aptitud escasamente desarrollada por cualquier motivo y se los  utiliza como pretexto o argumento para excluir o prohibir que la persona pueda seguir aprendiendo en las áreas donde ha evidenciado sus más altos picos de aprendizaje orgánico.

El reto, según Feldenkrais, es que “a la humanidad le ha llevado mucho tiempo reemplazar la esclavitud por la automatización, el esclavo más perfecto que pueda imaginarse. Sin embargo, esta oportunidad única creará más problemas de los que pueden concebirse. Tendremos que volver a aprender las tareas que ya conocemos; tendremos que acostumbrarnos a no pagar por lo necesario para la vida más de lo que pagamos por el oxígeno que respiramos. Las fábricas automatizadas dejarán a muchas personas sin trabajo. Pero para alcanzar una automatización tan general necesitamos una nueva capacidad cerebral que tardará unos veinte y cinco años en desarrollarse”. “La minoría que aventaja a la mayoría no lo hace porque posee un potencial superior, sino porque aprende a utilizar una porción mayor de su potencial, que bien puede no superar el término medio”.

Necesitamos tomar conciencia de los movimientos que hacemos, cambiar los hábitos que tienen actividades defectuosas, innecesarias, que atrofian nuestras aptitudes y nos hacen caer en la mediocridad de repetir lo ya conocido. Se requiere buscar y practicar nuevas perspectivas.

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