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El Telégrafo
Gustavo Pérez Ramírez

Democracia republicana o socialismo del Siglo XXI

12 de abril de 2015

Se ha puesto de moda presentar la confrontación entre neoliberalismo y su alternativa socialista, en términos de democracia republicana y socialismo del siglo XXI, y de manera engañosa, pues se oculta lo esencial en la formulación de ambas propuestas.

Lo evidencia un libro escrito en 2013, del que me bastó leer el prólogo; ni siquiera se  anuncia cuál es el sistema económico que adopta una y otra ‘tipología organizativa’, como se las denomina.
He aquí ambas formulaciones:

“La democracia republicana  es la construcción política donde los gobernantes se eligen por voto popular; existe la alternativa en el mandato entre las distintas fuerzas políticas, en un marco de pluralismo y tolerancia; prevalece la división e independencia de poderes; la aplicación del principio de subsidiariedad”. Y continúa enumerando: respeto irrestricto a la libertad de prensa; autonomía de la sociedad civil, con actividades fuera del control del gobierno; respeto al estado de derecho internacional.

Como nota esencial destaca la iniciativa privada y los derechos de propiedad. Asimismo, la búsqueda de transparencia en la acción de gobierno es parte de este paradigma y pare de contar. No hay la menor referencia a cuál es su sistema económico, presumiblemente el capitalista financiero en decadencia, destructor del hombre y la naturaleza.

A su vez, el prologuista hace  una formulación  caricaturesca y tergiversada  de lo que es la construcción opuesta, definiendo sus componentes de manera que encajen a su argumentación: “identificación del estado, el gobierno, el partido político y el liderazgo como una misma cosa; irrelevantes los mecanismos de control y balance; falta de rol para la sociedad civil; asignación a la mayoría electoral de todo tipo de acciones, estén o no previstas en el marco institucional, lo que califica de idea central  y que define como ‘democratismo’. Aquí también termina su formulación sin la menor alusión al sistema económico.

Se elude, pues, el debate fundamental sobre la economía, que en la democracia republicana está al servicio del mercado y del capital, con la competencia como motor, y que en el socialismo está al servicio del ser humano, solidario, sin la explotación salarial que requiere el capitalismo para su enriquecimiento.

En pocas palabras, el ‘litmus test’ de la validez de los dos paradigmas en confrontación es el humanismo, referido al modo de producción y distribución de la riqueza, a la vez  que a los mecanismos para la inclusión en busca de la equidad en el reparto de los ingresos y el acceso universal, desde el nacimiento, a todos los recursos para el desarrollo humano.

En la VII Cumbre de las Américas, cuya agenda oficial es ‘Prosperidad con equidad: el desafío de cooperación en las Américas’  saldrá a relucir esta confrontación, como ocurrió en el Parlamento Iberoamericano de la Juventud en Zaragoza, España, donde una joven guatemalteca con facilidad de expresión salió del anonimato a rebatir el ‘populismo’, y anunció que recorrerá Latinoamérica para promover la democracia republicana.  

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