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El Telégrafo
Ximena Ortiz Crespo

¿Demasiado limpios?

04 de septiembre de 2021

Ya nos dicen los expertos, en cuanto a la contaminación de la pandemia, que limpiar las superficies es trabajo inútil. Pero resulta que ahora hay también movimientos que invitan a las personas a dejar de bañarse todos los días. Lo vemos en los países desarrollados y hay evidencia científica que prueba que ellos tienen razón.

En estudios realizados sobre la frecuencia del baño, se conoce que aproximadamente el 66% de los estadounidenses se baña a diario. En Australia, el 80%, lo que sitúa a sus habitantes entre los más limpios de la tierra. Mientras tanto, en China, la mitad de las personas reporta bañarse solo dos veces por semanana, y en Suecia menos del 50% de las mujeres se baña todos los días.

Cuando éramos niños los que proveníamos de familias numerosas nos bañábamos solo cuando nuestra mamá nos obligaba. Ya en la adolescencia, habíamos adquirido el hábito del baño diario y las instalaciones de casa permitían baño en tina; sin embargo, algunas personas debían acudir a los “baños calientes” públicos cada vez que les era posible, llevando terno de baño, chanclas, toalla y jabón. Cuando íbamos de paseo a zonas de páramo, entendíamos por qué sus habitantes tenían tanta reticencia al baño con el clima helado y la falta de facilidades para tomar una ducha. Más tarde, en las jornadas de investigación en la Costa, en ese clima caliente y húmedo, no nos quedaba más remedio que ponernos bajo la ducha en cualquier lugar destinado para ello, inclusive sabiendo que en lugar del jabón podíamos tocar una alimaña.

Ahora conocemos gente que declara que no se baña todos los días y aduce que lo hace por razones ecológicas, por ser menos consumista o por cuidar de su piel. La mayoría de los anti-baño se lo guardan en secreto, pero muchas celebridades como Mila Kumis, Jennifer Aniston o Brad Pitt lo dicen públicamente. Los respaldan los dermatólogos que dicen que nuestra piel tiene un sistema que se regula y se cuida a sí mismo. Por otro lado, nuestro sistema inmunológico necesita una cierta cantidad de estímulo de microorganismos normales, suciedad y otras exposiciones ambientales para crear anticuerpos protectores y memoria inmunológica. Esta es una de las razones por las que algunos pediatras y dermatólogos no recomiendan los baños diarios para los niños. Pueden haber otras razones para perder el entusiasmo por la ducha diaria: el agua con la que nos lavamos contiene sales, metales pesados, cloro, flúor, pesticidas y otras sustancias químicas.

Ducharse demasiado puede alterar el microbioma al cambiar la capa exterior natural de protección. Las personas con frecuencia usan demasiado jabón antibacterial y se bañan en duchas demasiado calientes y prolongadas, lo que quita los aceites naturales de la piel. Se debe usar jabón en las axilas, la ingle y los pies. El profesor Stephen Shumack, presidente del Colegio Australasiático de Dermatólogos lo corrobora. Dice que el lavado excesivo puede causar daños reales haciendo que la piel sea más permeable a bacterias o virus, causando picazón, resequedad y descamación en la piel hasta llegar a enfermedades como el ecxema. ¿Significa esto que no debes ducharte? No, por supuesto –dice el dermatólogo–. Un enjuague diario está bien, pero para la piel seca e irritada o la piel más sensible como la de las personas mayores o la de los bebés, se debe usar menos jabón y menos tiempo en la bañera o en la ducha.

Si se tiene en cuenta que las relaciones personales o laborales pueden verse comprometidas por las quejas sobre el olor corporal o la higiene personal, es normal que la gente quiera estar lo más limpia posible. El doctor Robert H. Shmerling, autor de un artículo en la edición de este mes de Salud Pública, de Harvard, dice “mucho de lo que hacemos cuando se trata de hábitos de limpieza está fuertemente influenciado por el marketing. ¿Se han dado cuenta que las instrucciones en las botellas de champú a menudo dicen ‘hacer espuma, enjuagar, repetir’? No hay una razón convincente para lavarse el cabello dos veces en cada ducha, pero se vende más champú si todos siguen estas instrucciones. El problema más importante del baño diario es que desperdicia mucha agua. Además, los aceites, perfumes y otros aditivos en champús, acondicionadores y jabones pueden causar reacciones alérgicas”.

El artículo del New York Times “Ver menos gente. Tomar menos duchas” de mayo de este año cuenta cómo los estadounidenses, inventores del hábito de la ducha diaria, están bañándose menos durante la pandemia. Uno de los motivos es el gasto en agua y energía: una ducha de ocho minutos usa hasta 17 galones de agua y esa ducha consume la energía de un foco de 60 vatios encendido durante 14 horas. La decisión individual de dejar de ducharse o bañarse a diario es clave en un momento en que los ambientalistas piden tomar más medidas contra el cambio climático.

Hay una leyenda que dice que los franceses se inventaron el perfume para dejar de bañarse, será o no verdad, pero lo cierto es que los viajeros ecuatorianos en nuestros primeros viajes a Europa encontrábamos que era pecado utilizar la bañera a tope en los hoteles. Los dueños nos regañaban y pensaban que para los latinos era la única oportunidad de darse un baño como se debe. Nos obligaban a cerrar el grifo.

¿Estamos volviendo a ahorrar agua y energía y dejando de ser tan limpios? Es probable que si pensamos en nuestra salud y en el medio ambiente valga la pena romper el hábito de la ducha diaria.

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