El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, dijo que hará todo lo que sea necesario para salvar al euro. Luego de estos comentarios, los rendimientos de los bonos españoles e italianos cayeron más de 40 puntos básicos, aliviando las presiones que afectan a toda la zona euro.
Aunque el costo de la deuda soberana de España ha tenido una tregua, igual se mantiene sobre el 7%. Esta es una cifra de usura e indica que 7 centavos de cada euro generado irán a pagar los intereses. Estos son los costos reales del colapso económico.
El problema es que el país ibérico no está solo en este gran dilema del euro, dado que Italia tiene problemas similares. Y ambos países son demasiado grandes para pensar en un rescate conjunto. Puesto que si son grandes para salvarlos, son también enormes para dejarlos caer.
Entonces, el dilema de la moneda única comienza a vivir las horas cruciales de su existencia. El costo de la deuda soberana de ambas naciones ha escalado a máximos de una década, para que sus economías se desplomen como un castillo de naipes.
Todo indica que los costos de la crisis serán gigantescos y que esos costos han empezado a pagarse por parte de españoles e italianos, pero seguirán creciendo a medida que se posterga el momento de la verdad. No es de extrañarse que la economía española esté sometida a tal presión y que el desempleo esté en niveles escandalosamente altos, pasando de 24,44% a 24,63% y a 36% para los extranjeros residentes en ese país, durante el segundo trimestre de este año.
Esto es porque no hay voluntad política de poner fin al esquema consumista, y se cree que el problema de la deuda se resuelve con la generación de más deuda. Es decir, entregar dinero a los bancos que crearon dinero en forma irresponsable y que no solo han manipulado las tasas de interés, sino que también se han prestado para el lavado de dinero, el tráfico de drogas y las impías operaciones de fuga de capitales hacia los paraísos fiscales.
Este sistema creó la deuda y arrastró a Europa a donde está ahora, y esta deuda se revierte como un bumerán, arrastrando al sistema a su propia destrucción, demostrando que todo no es más que una larga cadena de fraudes y abusos que nadie ha sido capaz de detener.
Dudo que España pueda recibir un rescate al estilo griego, puesto que la Unión Europea, ni con toda su inversión de fondos posibles, puede seguir creando dinero de la nada. Y aunque haya un salvavidas para España, luego vendrá Italia y la presión general seguirá siendo abrumadora. Además, si salvar a Grecia ha tomado 3 años, lo de España e Italia no resistirá 1 año.
Tal vez mucho menos, si entra a la escena Francia en los próximos 2 meses, porque este país tiene una deuda pública mayor a la de España y muy similar a la de Alemania. En fin, todo este panorama sombrío no hará más que precipitar en corto tiempo el colapso real y definitivo del sistema financiero público y privado de todos los países de la Eurozona.