El metabolismo se da con la energía del Sol. Esta nutre a las plantas, estas a los animales y todos a los seres humanos, en el ambiente del espacio. La procreación se cumple desde hace millones de años con los códigos genéticos en el escenario del tiempo.Para ejercer los dos, los seres vivos comparten con la naturaleza y entre sí su vida de relación. En los humanos, esta corresponde al trabajo.
Del Sol al hombre explica la vida individual del cuerpo humano con estos instintos básicos heredados de los animales. Pero esta materialidad ha generado la subjetividad individual, el alma, que es cultural en lo grupal y en lo social explica el espíritu humano, históricamente determinado. El miedo apareció junto con los sufrimientos por la supervivencia en los movimientos relacionales de los primeros homínidos, creando su mundo subjetivo. Se transformaron en personas, en sujetos y, por sus temores, crearon a sus dioses, a su imagen y semejanza. Reconocieron el poder del Sol y de la Luna como deidades, pero pronto la mayoría debió reconocer el poder de ciertos humanos, a los que debió mostrar obediencia.
Su poder económico, militar y religioso les permitió subyugarlos. Los poderosos del plano social manejaron el concepto de la muerte en su propio beneficio, relacionándolo con los sacrificios necesarios a los ojos de los dioses, o como productos de las guerras. Según ellos, cuando los cuerpos perdían su alma y volvían a la materia inerte, esas almas requerían un sitio especial para consuelo de los sujetos cercanos que quedaban, y de la sociedad entera. Era la otra vida, en un más allá desconocido.
Octavio Paz, en su libro sobre la India, refiere que el hinduismo, con su estructura de castas (en la más baja los descastados e “intocables”), plantea que no hay cambios sobre el tiempo, que todo es un continuo revivir y renacer, que no hay historia, que esta ideología se sustenta en el poder y hegemonía de sacerdotes, militares y comerciantes, que entre sus fines está el Kama o deseo, que el hinduismo es politeísta, con Brahma (Krishna, Rama es el hijo), Shiva, Visnú, que el Samsara es el nacimiento, el Karma el Pecado Original, que no tiene misioneros.
Señala que su arquitectura es monumental, para sus dioses, mientras que para el cristianismo todo tiene principio y fin, su estructura son las iglesias con un monoteísta que propone la Santa Trinidad, que tiene misioneros y que se caracteriza por su individualidad, y que, en todo caso, los poderosos son los mismos.