¿Cuál es el futuro del juego de dobles dentro del circuito profesional? La verdad es que en estos momentos no parece muy promisorio y los comentarios que hizo John McEnroe, en días pasados, no contribuyen a mejorar la desgastada imagen de esta apasionante modalidad de juego.
McEnroe, considerado prácticamente de manera unánime como el mejor jugador de dobles de todos los tiempos, declaró que la prueba de dobles debería desaparecer de los torneos de Grand Slam porque no despierta el interés de los aficionados ni de los medios de prensa, especialmente de la televisión, medio para el cual el norteamericano trabaja como comentarista.
A criterio suyo, los torneos de dobles son dominados actualmente por jugadores casi desconocidos para el público, tenistas que no pudieron triunfar en el circuito como jugadores de singles o en su defecto jugadores que tuvieron buenos resultados a nivel individual cuando eran más jóvenes, pero que entrando al ocaso de su vida profesional consiguen prolongar sus carreras dedicándose de manera exclusiva al juego en parejas convirtiéndose en los llamados ‘especialistas’.
Palabras muy duras de parte de quien siempre demostró un gran compromiso como doblista, jugando singles y dobles en la mayor parte de los torneos en los que participaba, basta ver su impresionante hoja de vida, 77 títulos en singles y 71 en dobles.
En su época, McEnroe libró duras batallas contra Jimmy Connors, Bjorn Borg, Iván Lendl, quienes en muy raras ocasiones jugaban dobles. No recuerdo una sola oportunidad en la que Borg haya jugado dobles en un torneo de Grand Slam cuando estaba en la cima de su carrera, pero McEnroe se dio el lujo de jugar y ganar Wimbledon en singles y dobles al mismo tiempo en 1981, 1983 y 1984.
Johnny Mac levantó su último trofeo de campeón a los 47 años cuando triunfó junto al sueco Jonas Bjorkman en el torneo de San José, California.
Las estrellas del momento prefieren concentrar todas sus energías en los torneos individuales, por lo que no esperen ver a Nadal, Djokovic, Murray o Federer inscritos en el cuadro de dobles.
Si vemos quiénes son los 10 mejores doblistas del ranking ATP podemos ver que los mellizos Bob y Mike Bryan, los mejores del mundo desde hace algunas temporadas, tienen 35 años y por el momento no parecen dispuestos a ceder su corona, ni se ve en el horizonte una pareja que los amenace seriamente.
Como jugadores de singles, el mejor ranking de Bob fue #116 y el de Mike #246. El tercer mejor doblista del planeta, el brasileño Bruno Soares, de 31 años, llegó a ser #221 en singles antes de dedicarse de lleno a jugar dobles; el #4, el austriaco Alexander Peya, 33 años, alcanzó el puesto #92 en sencillos; el #5 del mundo, el español David Marrero, 33 años, fue #143 en singles; el #6, Marcelo Melo, de Brasil, tiene 30 años y fue #273 en singles; el #7 el croata Iván Dodig, de 28 años, participa tanto en singles como en dobles y ya estuvo entre los 30 mejores del mundo; Fernando Verdasco, quien ya fue el #7 del ranking en singles, ocupa la octava posición en dobles a sus 30 años; el veterano de 35 años Radek Stepanek es al momento el #9 en dobles y el #44 en singles, habiendo llegado al puesto #8 en 2008 y junto a su compañero Leander Paes, de India, de 40 años de edad, se llevaron el título del Abierto de los Estados Unidos este año. Paes fue #73 del mundo en singles en 1998.
Como podemos apreciar, el promedio de edad de los 10 mejores jugadores de dobles es bastante alto y la mayor parte no ha tenido grandes resultados a nivel individual, o en los casos de Verdasco y Stepanek, sus mejores momentos parecen haber quedado atrás.
Sin embargo, la mayor parte de las personas que practican el tenis de manera social, para divertirse con amigos o hacer algo de ejercicio prefiere jugar dobles, pero al momento de asistir a un torneo de tenis su prioridad es ver jugar a las grandes figuras, y estas -por lo general- juegan solo individuales.
Las razones por las cuales las grandes figuras no participan en dobles son:
prefieren no desgastarse y enfocarse en singles y, como generalmente llegan a instancias finales, prefieren estar más descansados para el siguiente torneo; juegan su partido de singles y no tienen que esperar para jugar dobles, pueden irse temprano a descansar al hotel; los premios económicos son mucho menores en dobles, por ejemplo, el campeón de singles en el US Open se llevó a su casa $ 2’600.000, mientras cada integrante de la pareja vencedora facturó ‘apenas’ $ 230.000.
La Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) llegó incluso a introducir cambios drásticos en las reglas, buscando atraer a los mejores singlistas a jugar dobles, por eso los dobles en el circuito ATP se juegan sin ventaja, es decir al llegar a 40 iguales se juega un punto decisivo en el cual la pareja que recibe el servicio escoge el lado donde recibirá.
El segundo cambio, mucho más radical aún, es que se reemplaza el tercer set por el llamado ‘match tie break’, en el cual la primera pareja en llegar a 10 puntos, con una diferencia de 2, es la ganadora del partido.
Estas nuevas reglas, pensadas para acortar la duración del juego y de esta manera atraer a los jugadores de singles, así como también darle un espacio en la televisión, han logrado su objetivo de manera parcial, sin embargo, las grandes estrellas generalmente brillan por su ausencia.
En mi opinión, los jugadores jóvenes se pueden beneficiar mucho jugando dobles, volviéndose jugadores más completos al mejorar su juego en la red, sus devoluciones e implementar diferentes estrategias, por eso no estoy de acuerdo con la propuesta de McEnroe. Pienso que los organismos que rigen el tenis a nivel mundial, como la ATP y la ITF, deben seguir buscando soluciones y alternativas para crear más interés por el juego de dobles a nivel profesional, ya que a nivel de tenis recreativo goza de una altísima participación y popularidad.