La ministra de Salud, Carina Vance, ha solicitado debatir sobre la Anticoncepción Oral de Emergencia, AOE. Un mérito de la gestión ministerial es la educación sexual, sin prejuicios. El procedimiento de la AOE está disponible en los servicios desde hace 15 años, pero no se trata de un debate científico. Ningún médico serio puede dudar de que el Levonorgestrel es una alternativa de emergencia para impedir la fecundación y de ninguna manera es un abortivo.
Se trata de un debate de creencias, en donde no sirven las argumentaciones científicas. Las razones para impedir este y otros procedimientos son de carácter ideológico, y es en ese plano que debe darse el debate, con el supuesto de que las personas son honestas y muchas, en el debate, pueden aclararse.
Las tres religiones monoteístas históricamente han predicado la restricción del placer sexual humano asegurando que el mismo sólo se justifica por razones reproductivas. Apenas en las últimas décadas se reconoce que la sexualidad es sana y placentera y que es beneficiosa por sí misma para las parejas sin la preocupación de los embarazos no deseados. El tema de la sexualidad ha sido siempre un “tabú”, es decir de trato difícil, como el del origen de la vida humana.
Las personas que consideran que la misma se inicia al juntarse el óvulo con el espermatozoide, merecen respeto, de la misma manera que ellas deben respetar la concepción de que la vida humana se va estructurando paulatinamente, por ejemplo a partir de las 12 semanas de desarrollo embrionario. Por lo tanto, si una mujer quisiera optar por suspender su embarazo antes de ese límite, debería tener ese derecho, como sucede en muchas partes del mundo.
Cada mes se producen decenas de abortos, muchos provocados, y complicaciones obstétricas por embarazos no deseados, como el de adolescentes, muchos con muertes maternas y neonatales. Su prevención radica en la capacitación a las mujeres sobre las posibilidades de la planificación familiar y el uso de anticonceptivos.
Las mujeres que desean evitar un embarazo, que son más del 70% de las ecuatorianas en edad fértil de acuerdo a la Encuesta ENDEMAIN, recurren a diversos métodos anticonceptivos, y entre éstos a la anticoncepción hormonal. Pero si por cualquier razón alguna de ellas, o de aquellas que no están usando anticonceptivos, temen un embarazo luego de una relación sexual, tienen la posibilidad de optar a las pocas horas por la AOE para prevenir el mismo. Y para esto no requieren una receta, ni mostrar la cédula, ni la autorización de la pareja.