Al acercarse la fecha de inscripción de las candidaturas para las próximas elecciones de febrero de 2014, en las que se elegirán alcaldes, prefectos, concejales y miembros de juntas parroquiales, todas las tiendas políticas están conmocionadas.
Múltiples intereses se conjugan alrededor de las posibles designaciones. Para Alianza PAIS, ello constituye un proceso democrático que permite que, a través de elecciones internas, participen miles de afiliados en las diversas regiones del país.
La trascendencia de los comicios venideros radica en que los organismos a integrarse son los más cercanos a la cotidianidad ciudadana y a sus necesidades. Los cabildos, desde sus inicios históricos, fueron espacios de acción democrática, en los que “la gente del común” exponía sus necesidades y aspiraciones, y las resolvían en forma conjunta, llegando incluso a la destitución de autoridades que no cumplieron con los mandatos populares.
¿Qué requisitos deben reunir los elegidos?
De acuerdo al impulso creciente por la descentralización, cada vez es más importante y amplio el campo de acción de los GAD (Gobiernos Autónomos Descentralizados), a los que -conforme a la Constitución- corresponden ámbitos de trabajo, tradicionales y nuevos.
Idealmente, en Alianza PAIS no debe ocurrir lo que en la antigua partidocracia, aunque sus representantes se camuflen con nuevos eslóganes. Todos sus integrantes actúan, o deben hacerlo, en función del proyecto de la Revolución Ciudadana. Es importante, entonces, despojarse de pequeñas ambiciones personales.
Cuando la actuación frente a una dignidad ha sido exitosa, cabe la reelección, a fin de que se complemente la obra iniciada en beneficio de la localidad que les dio su confianza. En otros casos, y en distintos momentos del proceso, destacan nuevas compañeras y nuevos compañeros que, con su honorabilidad, convencimiento político y capacidad ejecutora, son notoriamente necesarios. Por esto, las suyas deben ser también nuestras candidaturas.
Sería lamentable que algunos, al no haber sido considerados para los próximos comicios, adoptaran una postura egoísta o, peor aún, se traicionaran a sí mismos desertando de las filas de una revolución en la cual dicen creer.
Lleguemos a la inscripción de las candidaturas con los nombres de los mejores hombres y mujeres, que tengan como única aspiración contribuir con su esfuerzo a la continuidad del proceso de construcción de un país cada vez mejor, al que aspira la mayoría del pueblo ecuatoriano.