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El Telégrafo

David y Goliat

27 de febrero de 2012

Ya lo hemos expresado, que dadas las condiciones de asfixia económica y deterioro de la situación en general, como resultado de los profundos cambios estructurales producidos por las políticas globalizadoras neoliberales, una ola de agitación social sacudía a América, a fines del siglo pasado. Destacándose la rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992, en Venezuela, conocida como el “Caracazo”. Dirigida por un grupo de jóvenes oficiales, al mando del teniente coronel Hugo Chávez Frías.

El intento de golpe fracasó. Chávez se dirigió a la nación asumiendo la responsabilidad del mismo. Fue arrestado. Obtuvo su libertad el 26 de marzo de 1994. El 6 de diciembre de 1998 alcanzó la presidencia de la República por elección popular, dando inicio a la Revolución Bolivariana.

En conmemoración a los veinte años de aquel acontecimiento, y medio siglo de la Segunda Declaración de La Habana (1962), documento que desenmascaró lo que era la OEA, un aparato represivo contra el movimiento de liberación de los pueblos latinoamericanos, tuvo lugar el 4 y 5 de este mes la XI Cumbre de la ALBA.

En esta Cumbre, nuestro Presidente planteó la actitud a tomar frente a la posible exclusión de Cuba de la próxima Cumbre de las Américas, a celebrarse en Cartagena los próximos 14 y 15 de abril. Al respecto expresó: “Propongo que si Cuba no es invitada a esa Cumbre, ningún país de la ALBA asista a dicho encuentro… Hay que insistir en el levantamiento del bloqueo criminal contra el pueblo cubano…”. Y comentó que no se puede seguir manteniendo la doble moral.

Es la primera vez que en un foro latinoamericano se habla sobre Cuba en estos términos, aunque al gobierno de esta no le interese la OEA, organismo al que se debe tal Cumbre.

Nuestro Presidente, además, no solo apoyó el legítimo derecho de la Argentina sobre las islas Malvinas, en el conflicto con el Reino Unido, sino que fue más allá al proponer el retiro de la región del Tratado de Asistencia Recíproca (Triar), instrumento por el cual EE.UU. protegía militarmente a nuestros países en caso de agresión extracontinental. Sin embargo no lo hizo al apoyar a Inglaterra en la guerra de 1982.

Así mismo, respaldó la Declaración Especial sobre el derecho inalienable del pueblo de Puerto Rico a su autodeterminación y su plena independencia.

Indiscutiblemente, la defensa de la soberanía de nuestros pueblos latinoamericanos por nuestro Mandatario es admirable.

Como lo es también la defensa de una libertad de expresión objetiva. De un periodismo investigativo, responsable e imparcial. De ahí que el caso del diario El Universo pasará a la historia como expresión de nuestra soberanía nacional. Ejemplo para los países hermanos de nuestra América Latina.

La leyenda bíblica de David y Goliat se actualiza.

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