Publicidad

Ecuador, 03 de Octubre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Gustavo Pérez Ramírez

Cumbre histórica por más de una razón

19 de abril de 2015

La VII Cumbre de las Américas en Panamá podrá ser recordada como uno de los eventos históricos del siglo XXI, no solo por la presencia de Cuba, que estaba proscrita por el imperio, sino también por otras razones relevantes, como la valentía de los jefes de Estado de mente descolonizada, que pidieron respeto a la soberanía de sus estados, dejando de paso esclarecido que no se trata de oposición contra los Estados Unidos y su pueblo, sino a  la intervención abusiva  del poder global hegemónico. Y una  tercera razón, el tema de la Historia, que no estaba en la agenda, resultó central en los debates.

El último encuentro entre un presidente de los EE.UU., Dwight Eisenhower, con el cubano, Fulgencio Batista, había tenido lugar en 1956, cuando Cuba era un casino y  burdel para los EE.UU.; ahora, en un cambio de época, Cuba, de pie, extiende el brazo para un civilizado apretón de manos con el presidente de turno, pero reclama un diálogo entre iguales, salir de la lista de países terroristas, recuperar Guantánamo y que se elimine el criminal bloqueo, lo que de darse será lo que trascenderá en la historia  del siglo.

Así mismo, presidentes calificados de ‘populistas’, por su opción por los pobres, sostuvieron soberanamente que sus países ya no serán patio trasero de potencia alguna, ni aceptarán amenazas contra su soberanía, recordándole al presidente Obama los horrores sufridos del pasado.

La Historia se convirtió así en tema central, planteado por el presidente Correa: “Nuestros pueblos nunca más aceptarán la tutela, la injerencia  ni la intervención. Su memoria está lacerada por los abusos  y la violencia del pasado”, invitando a “aprender de la historia”. Obama le replicó  que “él no será prisionero del pasado, su país mirará hacia al futuro”.

Varios de los oradores debatieron este desprecio por la historia, comenzando por Cristina Fernández, quien expresó que a ella sí le interesaba la Historia, porque “enseña a entender por qué pasaron las cosas”, mientras destacaba por qué a Obama solo le interesaba mirar hacia el futuro.

Faltó, sin embargo, precisar el método historiográfico necesario para analizar el presente y evitar los errores del pasado, porque la historia contada por los vencedores o por las élites impone su versión deformada e ignora al pueblo, su protagonista. Como para haber invitado a Obama a leer ‘A People’s History  of  the United States’, traducido al español como ‘La otra Historia de los EE.UU.’, escrita por Howard Zinn (+2010), donde recupera la memoria colectiva de rebeliones del pueblo, en nombre de la justicia y contra las políticas económicas, sociales y bélicas de las cúpulas a lo largo de la historia de este país, “para educar y/o despertar a los que desean cambiar el futuro”, derrotando así, a juicio de Noam Chomsky, la política oficial de promover la amnesia nacional. Para Zinn, su proyecto básico fue destacar la historia del pueblo “ignorada por los historiadores elitistas que no mencionan lo que USA  hizo a otros países, ni lo que hizo a los negros, a los americanos nativos, ni a los trabajadores en este país”. (O)

Contenido externo patrocinado