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El Telégrafo

Cuestiones de género

15 de enero de 2014

Conozco a una adolescente que es una excelente futbolista. Cuando llega a su casa lastimada por algún partido excepcionalmente duro, su madre se lo reprocha diciéndole: “Eso te pasa por andar metida en cosas de hombres”. No ha logrado, sin embargo, este comentario disminuir su pasión por el deporte que practica.

Desde la biología, nada impide que una muchacha juegue fútbol, así como nada impide tampoco que un chico baile ballet clásico o haga pasteles. Sin embargo, la sociedad ha impuesto roles y actitudes basadas en la única diferencia válida que se manifiesta a nivel biológico entre hombres y mujeres, que es el papel que desempeñan en la reproducción, a saber y respectivamente: engendrar y concebir. Todo lo demás nace de las elaboraciones psicológicas y sociales que se han desarrollado a partir de esta básica diferencia.

No se trata de que la mujer sea como el hombre o que el hombre sea como la mujer. Las cosas no son tan sencillas y burdas al mismo tiempo.En la actualidad, cuando el exceso de población ha hecho que la reproducción de la especie humana no sea indispensable, y ni siquiera necesaria, de igual manera se van redefiniendo los roles que hombre y mujer desempeñan en el mundo, ya sea a nivel social, laboral e incluso dentro de la siempre compleja y cambiante relación de pareja. Por otro lado, las diferentes orientaciones sexuales han existido desde que la humanidad lo es, así como también en otras especies animales, como los pingüinos, los perros y algunos tipos de simios, y como también se dan espontáneos cambios de sexo desde el punto de vista biológico en especies como las ranas africanas, para autorregular o equilibrar la existencia de individuos de ambos sexos.

Es en ámbitos católicos, sobre todo, donde se ha desarrollado el concepto de ‘Ideología de Género’, que define y estigmatiza a un tiempo las nuevas posiciones que se toman en el mundo en relación con los roles tradicionalmente asignados a la mujer y al hombre dentro de la sociedad. En todos los otros ámbitos, de lo que se habla es de Estudios de Género. Y desde luego, no se trata jamás de que la mujer sea como el hombre o que el hombre sea como la mujer. Las cosas no son tan sencillas y burdas al mismo tiempo. La sexualidad humana y sus implicaciones son mucho más complejas que eso.

Porque ¿es ‘como hombre’ la niña que juega fútbol? ¿es ‘como mujer’ el chico que prepara pasteles? ¿Puede una persona homosexual o heterosexual ‘decidir’ dejar de serlo? ¿Alguien ‘se hace’ gay o lesbiana?

La problemática es mucho más compleja que esto. Y es de esto, y no de otra cosa de lo que se ocupan los estudios (no ideología) de género.

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