El 13 de julio del presente año -procedente de Miami- llegó al puerto de La Habana el buque Ana Cecilia con un contenedor a bordo; en su interior se encontraban artículos considerados por Washington como “ayuda humanitaria”.
Este primer viaje se concretó luego de medio siglo de bloqueo por parte de los Estados Unidos. Es de estricta justicia recordar lo que ha hecho el pueblo de Cuba por los demás pueblos del planeta.
En efecto, el 23 de mayo de 1963 se considera oficialmente el inicio de la colaboración internacionalista cubana al salir la primera brigada hacia Argelia, la misma que estuvo integrada por 55 voluntarios. En los 49 años de solidaridad internacional, un total de 79.487 trabajadores de la salud, de la educación, de la construcción, del deporte, han prestado su ayuda en 97 países.
Cuba también participó en las luchas africanas para combatir al colonialismo y al oprobioso régimen del apartheid. Los internacionalistas cubanos -junto a las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Angola (Fapla) y a los miembros de Swapo que luchaban contra el régimen de Namibia- derrotaron a los regímenes que explotaban y humillaban a los pueblos del África Austral. Este triunfo, luego de la mítica batalla de Cuito Cuanavale, posibilitó que el pueblo empiece a gobernarse en Angola y Namibia.
También vencieron al ejército de las minorías blancas de Sudáfrica, que se vieron forzadas a liberar a Nelson Mandela. Luego de poco tiempo de alcanzar la libertad, Mandela sería el primer presidente de raza negra electo democráticamente por el pueblo sudafricano. Gracias a la colaboración cubana, la geopolítica del África Austral cambió.
Cuba está en las miradas de cientos de miles de seres humanos que recuperaron la visión, a través de la “Operación Milagro”. Cuba está presente con los maestros que colaboran para erradicar el analfabetismo. En los entrenadores, que brindan su contribución para masificar y tecnificar la práctica del deporte.
Está presente Cuba en los médicos formados gratuitamente en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), los mismos que retornan a sus países para sanar a los más necesitados. Los rasgos más importantes de la Revolución Cubana son su dignidad y su inagotable capacidad para solidarizarse con el sufrimiento y las necesidades de otros pueblos.
Cuba ha demostrado -en innumerables ocasiones- la gran dimensión humana y ética de su política exterior revolucionaria. Por ello, la patria de José Martí está presente en el corazón de varios países de América, Asia, el Caribe, África. En las tinieblas de la larga noche neoliberal, las luces de soberanía, dignidad y solidaridad llegaron desde Cuba a muchos pueblos.