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El Telégrafo

Cuba: la batalla por Los Cinco

15 de septiembre de 2013

Si 20 años no fueron nada en el tango de Carlos Gardel, 15 son muchos para la injusticia que prevalece en el caso de los antiterroristas cubanos presos en EE.UU., el país que se erige en gendarme de la cruzada mundial contra el flagelo del terrorismo.

Son ellos Gerardo Hernández, Fernando González, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, quienes junto a René González (ya en Cuba luego de sufrir más de 12 años tras las rejas) integran Los Cinco, como se les conoce internacionalmente.

Fueron detenidos por agentes del FBI el 12 de septiembre de 1998 cuando monitoreaban a grupos que actúan libremente en Miami y han cometido actos de terrorismo en la isla y en el propio territorio norteamericano.

Bill Clinton recibió información de primera mano enviada por el Gobierno de Cuba sobre tales organizaciones violentas. Y fue Gabriel García Márquez, premio Nobel de Literatura, el portador de la información. Su encomienda, lejos de provocar la desarticulación de esos grupos, fue seguida por la detención de Los Cinco.

Bastaría este gesto para sustentar la denuncia de Cuba de que la Casa Blanca promueve el terrorismo contra la pequeña y vecina isla. Pero no es el único. Solo recordar el castigo a Gerardo Hernández, quien tendría que morir en prisión de cumplir su condena: dos cadenas perpetuas más 15 años.

Ni a él ni a sus compañeros de causa se le demostraron los cargos que tendrían que justificar tan inhumana punición. No se pudo probar la acusación de espionaje, tal y como lo ratificaron representantes del FBI, del Pentágono y de otras agencias de seguridad.

Suerte bien distinta la de Luis Posada Carriles, cuya extradición demandan Cuba y Venezuela por su autoría en la voladura de un avión comercial cubano frente a las costas de Barbados.

En aquel crimen, el 6 de octubre de 1976, murieron 73 personas, en su mayoría cubanos, pero también de otras nacionalidades. Posada Carriles nunca fue juzgado por la justicia norteamericana por sus actividades terroristas. Lo eximieron de cargos en un amañado proceso judicial de carácter migratorio. Hoy vive -impune- en Miami.

No quedan dudas entonces de que el caso de Los Cinco es y sigue siendo una revancha contra la Revolución Cubana y en particular a su pueblo, que no se ha rendido a las agresiones armadas, ni a la guerra biológica ni a las penurias provocadas por el bloqueo económico, financiero y comercial.

Es por ello la identificación mutua entre ellos y sus compatriotas, que por estos días poblaron la isla con cintas amarillas, cual recordatorio de que esperan el regreso de sus héroes.

Se trata de un viejo resorte de la memoria emotiva de ingleses y estadounidenses que refrenda una vieja tonada con nueva actualidad en Cuba.

René González, en reciente alocución televisiva, pidió a los cubanos el uso de esa prenda, como fórmula de impactar al pueblo norteamericano cuya movilización podría ser fundamental en la liberación de sus compañeros.

Es también la expectativa del actor Danny Glover, entre los más activos en esta campaña mundial, que conmemoró los tres lustros de encierro. Por ello su emotiva carta, dada a conocer en el encuentro internacional por la solidaridad de Los Cinco, que tuvo lugar en esta capital.

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