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El Telégrafo

Cuatro años más

01 de marzo de 2013

Cuatro años más. Una victoria que confirma la tendencia y la predisposición social por perpetuar el modelo de gobierno. Sin engañarnos, esta mezcla de políticas públicas y propaganda constante han podido mantener la imagen del presidente Correa. Y esta imagen es la que ha permitido arrastrar una mayoría legislativa que se propone pasar una serie de leyes que han quedado atascadas en la Asamblea y darle “gobernabilidad” a las propuestas que vengan desde el Ejecutivo. La responsabilidad de la Asamblea vendrá desde un verdadero proceso de fiscalización, pero la experiencia de los seis años anteriores demuestra que esta ha sido mínima, inconsistente y superficial.   

Lo interesante dentro del verdadero proceso de toma de decisiones vendrá desde la capacidad de ajuste que exista en la reestructuración política, económica y social. Y a partir de esto, resulta indispensable buscar los mecanismos que detengan la institucionalización de las redes clientelares que no se han podido quitar del sector público. Estas redes, que son la manifestación viva de la corrupción y la perpetuación de un sistema de coimas, terminan mermando los ingresos del Estado o elevando los gastos de los ciudadanos.

Porque dentro de un proceso que busca cambiar la estructura del Estado a través de un neoestatismo que ha funcionado bien para los países asiáticos, pero que tambalea en el Ecuador cuando no se termina por profesionalizar a la burocracia, es indispensable conformar esta burocracia a partir de un verdadero proceso que premie los méritos y no los contactos ni la filiación política. Eso también es garantizar derechos.

Y para sostener este capitalismo de Estado híbrido, es necesario cambiar la matriz productiva. Nuestra dependencia petrolera desdice cualquier discurso de soberanía cuando el Presupuesto Nacional está sujeto a un mercado volátil y a las decisiones de Arabia Saudita en el cartel de la OPEP. Finalmente, dar ese paso que nos permita dejar de ser  exportadores primarios, tendencia que ha ido en alza para la región en la última década.

El Plan de Gobierno 2013-2017 de Alianza PAIS detalla inversión en la industria nacional (el mismo cambio estructural que se hizo en Asia) y sectores tecnológicos, lo cual muestra un claro entendimiento de las metas que se quieren alcanzar, pero su eficiencia dependerá, como en todo proceso, de la manera en que se manejen los detalles.

La continuidad, el apoyo de un proyecto político, que busca cambios estructurales en las relaciones de poder y en las relaciones productivas, debe ir acompañada de ajustes, y la responsabilidad del Ejecutivo y su mayoría legislativa, luego de esta nueva victoria, será doble.

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