Publicidad

Ecuador, 24 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Ramón Núñez

Cuando la CIA hizo aquí de las suyas (1)

10 de septiembre de 2013

Estábamos a mediados de la década de los 70. El exagente de la CIA Philip Agee había salido ya de Ecuador desde finales de 1963, y su libro “Dentro de la Compañía: Diario de la CIA”, publicado en 1974, se había convertido en Ecuador en una obra de venta y lectura prohibidas. Sin embargo, amplios sectores conocían de su contenido y de su anexo de 22 páginas que divulgaba los nombres de individuos infiltrados en diferentes organizaciones de los países de América Latina, incluida nuestra nación, asalariados del tétrico organismo de los Estados Unidos.

En consecuencia, se había caído ya el velo que cubría a medias el rostro de los vendepatria que no solo habían entregado a los Estados Unidos, a cambio de dinero, importantes datos acerca de nuestra nación y de sus gobiernos en sus diversas etapas, sino que, además, en las ciudades más pobladas del país provocaban graves disturbios con resultados funestos, cuyos verdaderos organizadores culpaban de estos hechos a los grupos de izquierda, con el propósito de desprestigiarlos, así como a sus dirigentes, permanentemente calumniados por los títeres de la CIA. Pero todos los males que ha causado la CIA antes y después de Agee y aún en la actualidad -entre otros delitos, golpes de Estado con Velasco y con Carlos Julio Arosemena, bombas en iglesias y lugares céntricos de las principales ciudades y posteriormente, en 1981, la trágica muerte de Jaime Roldós, atribuible a la intervención de la CIA- no son comparables a lo ocurrido en otras naciones hermanas de esta región del continente.

A mediados de los años 70
me atendió un cónsul de EE.UU., quien expresó que no me iba a dar la visa, puesto que yo era “una periodista comunista”
“Hubo un momento en  los 70, cuando los peores horrores imaginables se produjeron en Hispanoamérica -Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay, Guatemala, El Salvador-, había dictaduras militares con escuadrones de la muerte, todos con el apoyo de la CIA y el Gobierno estadounidense”, manifestó Philip Agee, el exagente de ese organismo, fallecido en enero de 2008 en La Habana, Cuba, nación que le dio albergue poniendo fin a un interminable peregrinar por diferentes Estados, provocado por una feroz persecución dirigida por EE.UU. Durante una entrevista con el periodista Francisco Herrera Aráuz, de Ecuador Inmediato, Agee señaló que la misión principal de él cuando llegó al Ecuador fue “el aislamiento de la Revolución Cubana. Esa fue la misión principal, la más alta prioridad en América Latina”. “Nosotros teníamos una campaña continua, constante, de reprimir la izquierda en todos los países de América Latina”.

Y volvamos a mediados de los años 70. Por entonces, me desempeñaba como directora de Paratodos, revista dominical de El Universo. Acudí al consulado de Estados Unidos en Guayaquil, en busca de una visa para asistir al país del norte y visitar 11 ciudades de EE.UU. durante un mes, respondiendo a una invitación del Departamento de Estado. Me atendió uno de los cónsules, quien expresó que no me iba a dar la visa, puesto que yo era “una periodista comunista”. Al negar esto me respondió: “Es igual. Tú tienes amigos comunistas, andas  con gente comunista y escribes en contra de los intereses de mi país. Por eso no te voy a dar la visa”.

“Además -continuó- podría ser que quienes trabajan en el Departamento de Estado no saben que tú estás en la lista negra del consulado”. “¡Pero cómo es posible! -protesté-, ¡entonces ustedes tienen una lista negra de nosotros los ecuatorianos!”. “Sí -me respondió-, la tenemos”. Cuando regresé a mi trabajo, Carlos Pérez Perasso, quien por entonces era director de El Universo, hizo una llamada telefónica y envió a uno de sus colaboradores con mi pasaporte al consulado. Luego de unos minutos, me lo entregó con visa múltiple por cinco años.

Contenido externo patrocinado