En términos generales, la formación de los profesores en las facultades de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación y de los institutos superiores resultó inferior con relación a los normalistas productos de la revolución alfarista: les faltó mística, amor al trabajo, lo que a los otros les sobraba.
Las facultades de Filosofía y Ciencias de la Educación en la Sierra tuvieron una mayor carga ideológica, revolucionaria, mecanicista, mayor compromiso en el trabajo docente a diferencia de las facultades de Educación de la Costa, más pragmáticas, superficiales
y menos filosóficas.
El trabajo como docente tiene mayor reconocimiento social en la Sierra, la Amazonía y Galápagos que en la Costa. La Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación de la Universidad de Guayaquil, desde 1972, ha tenido un gran desarrollo extensivo, con influencia en varias provincias de la Costa y sin embargo no ha aportado significativamente al desarrollo cualitativo de la educación en la provincia del Guayas.
Los medios masivos de comunicación, con toda la importancia y poder que siempre han tenido, en gran parte han contribuido muy poco a la educación nacional. Incluso no tienen una sección permanente al servicio de la educación. Los medios de comunicación de la Costa se encuentran más conectados con el extranjero que con nuestras tradiciones.
Desde 1963 ha existido una débil política de Estado de inspiración nacional en el sector educativo, que no ha fortalecido nuestros valores cívicos y culturales que contrarresten a las deformaciones provenientes del extranjero y de nuestros vicios internos. Los valores culturales existentes en la Sierra y la Amazonía les han permitido defenderse mejor que en la Costa frente a las debilidades de los gobiernos de turno.
Muchos adolescentes guayaquileños, sin una adecuada orientación, reflejando una idiosincrasia, se identifican con una vida fácil y aplican “la ley del menor esfuerzo”. No valoran los beneficios futuros de la educación. Prefieren las distracciones del presente y las ventajas de las amistades con mayor poder social.
El elemento fundamental de la educación en cualquier país son los educadores. La creación de la Universidad de la Educación, como lo establece la Constitución, es la oportunidad histórica para reorientar a los educadores ecuatorianos, como parte de un urgente cambio de época con un nuevo sentido sobre el ser y el vivir, integrando los valores trascendentales de la humanidad.