El modelo del turismo español es muy complementario. Su intensa y tecnificada productividad agrícola abastece al fuerte sector turístico de todos los alimentos frescos, procesados, industrializados, artesanales, dándole un plus, que otros países no tenemos, en especial los latinoamericanos, donde hay un divorcio entre agricultura y turismo, es más, la industrialización estandariza nuestra gastronomía y no deja espacio a la diversidad gastronómica ni a la integración de los agricultores.
La crisis económica que vive España está potenciada por una prensa que emite mucho desaliento, negativismo y ha asumido el papel de juez, jurado y verdugo. Tornando sospechosa su actuación, pues en una crisis, todos están pendientes de la prensa más que en tiempos de bonanza, así que mientras más se perpetúe la crisis, mejores ganancias obtendrá ésta y los poderes no democráticos que usufructúan tras de los medios de comunicación.
Igual dura actitud que asumieron con los derrotados socialistas, hasta que cayeron, han asumido con Rajoy, que a este paso no durará mucho y ya tiene a varios sectores sociales en huelga o manifestaciones que gozan de amplia cobertura periodística.
Los medios españoles están muy abiertos para todos quienes quieren quejarse, ser agoreros de la desgracia y confrontar políticamente. Dan poco espacio a la independencia política y a los librepensadores.
El bombardeo de malas noticias y pronósticos terribles, evidentemente, conducen al ciudadano común a restringir sus gastos a los servicios básicos cada vez más caros, por lo que el turismo interno español empezará a contraerse y agravar lo que ya se ve en ciertos sectores, hoteles semivacíos, destinos turísticos con poca gente, centros comerciales con tiendas cerradas y las que están abiertas apenas si tienen un dependiente y no prenden el aire acondicionado para ahorrar.
España votó por lo que Rajoy está aplicando, pero los recortes que incluyen disminuciones de sueldos, aumentos de horas laborables y despidos no son aceptados por las Comunidades Autonómicas que recurren a artilugios legales para frenarlos.
A pesar de la angustia mediática, los españoles no están dispuestos a renunciar a hacer turismo en su país que representa el 50% del total del turismo español, que crecerá este año a pesar de la crisis, aunque se empieza a sentir una disminución en el gasto y la duración de las estadías. En cambio en Portugal, donde pasé unos días en sus playas, la realidad es diferente, mucho turismo, muchas compras y actitud positiva.