Para unos, el encuentro, alianza o pacto entre el Alcalde porteño y el candidato presidencial de la bancocracia significó noticia de primera página, en cambio, otros, mayoría, el abrazo fraterno con frases de promesas, representa un llamado desesperado a la oposición dispersa con la intención de resucitar a la extinta partidocracia que ahora adquiere distintas denominaciones. Es que actualmente los rezagos del socialcristianismo diseminados en varias zonas del país, aún insepultos, suponen que pueden sobrevivir para recuperar espacios y hasta el control del poder estatal.
Los dos, el ex banquero y el burgomaestre, sin ocultar la intencionalidad del acuerdo, según comunicado, señalan que lo hacen por coincidencias fundamentales: “Defensa de la democracia, libertad, economía social y lucha frontal contra la inseguridad”, aunque en el fondo se trata de una angustiosa estrategia o última batalla para defender sus intereses y los de sus aliados. No sufren de ceguera, pero se resisten a aceptar que llegó la hora del cambio y el advenimiento de la justicia social.
Como la oposición yace derrotada por la ausencia de líderes y con presidenciables sin opciones de éxito por su complicado pasado, los medios de comunicación “independientes” comienzan a dar un giro en respaldo al candidato de CREO, representante de la más rancia derecha reaccionaria y que, según informes de diplomáticos confiables, cuenta con el asentimiento y auspicio del capital extranjero y de la CIA, comprometidos a utilizar su poder para impedir la reelección de Rafael Correa Delgado, conductor firme y decidido del Socialismo Siglo XXI que preconiza el bienestar de los ecuatorianos olvidados en el trascurso de la historia republicana.
En el entrevero electoral, la bancocracia, que pretende, ahora, el control directo de la política en general y de sus negocios, busca a los oportunistas, desertores, indios traicioneros, tal el caso de Auki Tituaña, como sus aliados, a cambio de puestos en la Asamblea, ofertas de cargos, dinero y hasta migajas. Se ha retornado a la era de las componendas, la compra de votos y de personas con la esperanza de alcanzar el “estiércol de la gloria”.
En el Ecuador contemporáneo solo rige una sola izquierda con el liderazgo de Rafael Correa que guía el proceso hacia la consagración del Socialismo del Siglo XXI. Palpamos con realismo cambios profundos en los aspectos social, económico y educativo en protección de los grupos humanos más pobres de nuestra geografía. Alianza PAIS, con el pueblo, estudiantes, trabajadores, mujeres, indígenas, intelectuales y periodistas, que se adhieren al cambio, se alista para celebrar la victoria electoral de 2013 y promete seguir ampliando el camino por donde deben transitar los ecuatorianos en disfrute de la libertad, paz y mejores condiciones de vida.