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El Telégrafo
Antonio Quezada Pavón

Copa Mundo Brasil 2014

12 de junio de 2014

¿Es el fútbol un deporte o un negocio? Esa es la pregunta que se hacen millones de brasileños, en un país que se respira y vive el balompié desde hace un siglo casi como una religión. El fútbol que hoy conocemos se inventó en alguna parte de las Islas Británicas en el siglo VIII, pero se asume que el 23 de octubre de 1863, en la Taberna de los Masones Libres de la calle de la Gran Reina en Londres, se fundó la primera asociación de fútbol, así como el primer club de este deporte.

En octubre 30 de 2007, el Comité Ejecutivo de la FIFA designa a Brasil como sede de este torneo para 2014, de esta manera se convierte en el quinto país que acoge la Copa Mundo dos veces, junto a México, Italia, Francia y Alemania. Sin embargo, el perfil del evento ha cambiado significativamente de la Copa Mundo 1950. Ahora tenemos un torneo de gran tamaño que requiere un proceso de preparación extensiva y operaciones complejas para su implementación. Por un lado, la Copa Mundo traería impactos y beneficios, sean temporales o de larga duración, sean directos o indirectos a diferentes segmentos económicos y sociales. Por otro lado, su organización presenta varios riesgos que requieren procesos de administración efectiva en los sectores públicos y privados para el flujo completo de beneficios a la sociedad.

Los diferentes alcances de los impactos socioeconómicos para el buen vivir de la población brasileña pueden ser percibidos como el resultado de algunos aspectos. Por ejemplo: la habilidad del Gobierno para obtener el financiamiento necesario y ejecutar las acciones a tiempo para tener un evento exitoso; la forma como capitalice el legado de la Copa, transformándolos en activos permanentes; y finalmente, lograr alcanzar estos objetivos en una forma económicamente efectiva, evitando gastos excesivos y una pobre localización de los recursos o costos de oportunidad.

Se había previsto que para el período 2010-2014, la economía brasileña obtendría un ingreso adicional de $ 142 miles de millones; así mismo que generaría 3,63 millones de trabajos por año un ingreso de $ 63,48 miles de millones para la población, además de unos $ 18,13 miles de millones de impuestos.

Han invertido en carreteras, incluyendo reconstrucción, mantenimiento y trabajos de expansión. Ha sido necesaria la reurbanización de las ciudades anfitrionas para revitalizar las áreas turísticas, mejorar los aeropuertos, mejorar la tecnología y la inversión imperiosa en medios para publicitar este evento a nivel global.

La percepción generalizada en algunos grupos sociales brasileños es que los objetivos primarios de auspiciar este evento no se han cumplido: hay despilfarro y un notable retraso en los trabajos de preparación. Existe un incontenible incremento de los precios y la especulación está totalmente esparcida en Brasil. Pero estoy seguro de que esta tarde el mundo estará pendiente de la ceremonia inaugural y finalmente la Copa Mundo 2014 será cantada por los brasileños.

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