La reunión de la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas, realizada el 23 de septiembre de 2014 en Nueva York, reunió a los representantes de 125 países y en las calles se concentraron más de 300.000 activistas exigiendo soluciones a los problemas del Cambio Climático (CC). Esta Conferencia finaliza sin acuerdos obligatorios para cumplir.
Al igual de lo sucedido en la convocatoria de Kioto (1997), en la cual los países industrializados asistentes se comprometieron mediante un acuerdo vinculante a reducir entre el período de 2008 a 2012, las emisiones de los gases más importantes que potencian el efecto invernadero (GEI) en un 5,2% con respecto a 1990. Estos compromisos no se cumplieron.
El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de la ONU advirtió que, si continúa la contaminación atmosférica actual, las temperaturas aumentarán al final del siglo XXI en más de cuatro grados. Lo cual acarreará graves daños a la biodiversidad, que no estará capacitada para adaptarse a una transformación climática tan drástica y acelerada.
La respuesta al CC de los países más contaminantes como Estados Unidos trasladó el problema pidiendo el presidente Barack Obama la redacción de una orden ejecutiva a través de la cual su Gobierno tendrá en cuenta los efectos del cambio climático en todos sus programas e inversiones para el desarrollo en otros países. China reiteró la meta de su país para reducir las emisiones de carbono entre un 40 y 45% de los niveles de 2005 para 2020.
La Unión Europea anunció reducir las emisiones en un 40% para 2030, sin embargo -indicó- “el objetivo no está escrito en piedra”. Holanda y Bélgica reducirán las emisiones en un 80 a 95% para 2050 en relación con los niveles registrados en 1990. Dinamarca indico que pretende ser un país libre de combustibles fósiles para 2050. La India anuncio que su país trataría, para 2020, de duplicar la cantidad de energía renovable, generada a partir de energía eólica y solar.
Con respecto a nuestra realidad de país en desarrollo, fueron favorables las gestiones realizadas en el evento sobre los nuevos compromisos de la ONU para acceder al Fondo Verde para el CC. Al indicado fondo se lo define “políticamente importante”, ya que “ofrece un respaldo tangible al recurso discursivo”.
Este fondo fue establecido hace cinco años en Copenhague, los países se comprometieron a ofrecer $ 100 mil millones al año para el Fondo Verde, hasta 2020. Su objetivo es contribuir de manera ambiciosa a la consecución de los objetivos de mitigación y adaptación al cambio climático de la comunidad internacional.
Países en vías de desarrollo, como Ecuador, ofertante de los productos destinados a las necesidades de los países industrializados, cuya obtención significa su grado de contaminación, deberían ser prioritariamente beneficiados en los tratados de libre comercio para de esa forma protegerlos oportunamente de los perjuicios de los CC.