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El Telégrafo
Víctor Mendoza Andrade

Contencioso del cambio climático (2)

07 de octubre de 2014

Las investigaciones realizadas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha evidenciado que el incremento de los gases de efecto invernadero (GEI), “por lo menos en los últimos 50 años, son consecuencia de la actividad humana”.   

Este incremento de los GEI, entre los cuales está principalmente el dióxido de carbono (CO2), aumenta la temperatura de la atmósfera del planeta originando los cambios climáticos (CC), cuyos efectos perversos se calcula ocasionaría pérdidas de 100.000 millones de dólares anuales a los países latinoamericanos y del Caribe  si para 2050 las temperaturas promedio suben 2 grados Celsius sobre los niveles de la época preindustrial.

Las emisiones de los GEI proceden principalmente de los países industrializados. Al respecto, la institución Carbon Dioxide Information Analysis Center (CDIAC) informó a la ONU que para 2004, las emisiones de CO2 fueron 227’245.758 (100%) toneladas métricas anuales, de las cuales más del 50% son producidas por tres países (Estados Unidos 22,2%, China 18,4%, Unión Europea 11,4%). Siguen Rusia, India, Japón, Alemania, Canadá, Reino Unido, Corea del Sur, Italia, cuyas emisiones, sumadas a las de los primeros, significan más del 70% del total. Los países latinoamericanos y del Caribe en total emiten el 11%.

La emisión del CO2 del Ecuador es de 0,1% del total, ocupando el puesto 73 entre 170 países ubicándose en el grupo de los más vulnerables a los desastres del CC, debiendo enfrentar riesgos de los cuales desgraciadamente conocemos sus consecuencias: inundaciones, reducción del tiempo para cultivos anuales, aumento del nivel del mar con la consiguiente pérdida de manglares y humedales costeros, sequías, exceso de lluvias con pérdidas de cultivos y de las inversiones en infraestructuras, presencia de plagas y enfermedades, abandono del campo por los campesinos, pérdidas de vida.

Las soluciones consistirían en disminuir significativamente la cantidad de las emisiones GEI, quemando menos combustibles fósiles (petróleo), invertir en energías renovables limpias y reducir la deforestación tropical.

Estas soluciones urgentes significan un riguroso compromiso, no solamente de los pequeños sino también de los grandes contaminantes de los cuales se esperaba a corto plazo el cumplimiento del Protocolo de Kioto acordado en 1997, en el cual Washington se comprometió a reducir sus emisiones en un 6%. Pero poco después retiró su compromiso y sus emisiones de dióxido de carbono aumentaron en un 15%, con respecto a los niveles de 1990; y en marzo de 2001, George W. Bush anunció que no ratificaría el protocolo argumentando que perjudicaba a la economía de su país.

En el pasado 23 de septiembre, más de 300.000 activistas ambientalistas se concentraron en Nueva York, en donde la ONU, con la participación de los representantes de 125 países, celebró la Cumbre del Clima, la cual terminó sin compromisos vinculantes para enfrentar las consecuencias derivadas del cambio climático.

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