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El Telégrafo
Víctor Mendoza Andrade

Contencioso del cambio climático (1)

30 de septiembre de 2014

Como consecuencia de la presencia, principalmente, del dióxido de carbono (CO2) y otros gases que atrapan el calor en la atmósfera, esta actúa como una cubierta protectora, calentando el planeta. Sin esta acción denominada efecto invernadero (EI) la temperatura media en nuestro planeta sería de -18° C, demasiado fría para que existan la mayoría de los seres vivos.     

La temperatura del planeta a partir de la Revolución Industrial (Siglo XIX) ha venido aumentando  con mayor rapidez que en el tiempo pasado.  El aumento exagerado de los gases de efecto invernadero (GEI) definen el cambio climático (CC), causando como secuela eventos extremos: tormentas, sequías, inundaciones, olas de calor, entre otros, poniéndose en riesgo actividades humanas, principalmente ecológicas y socioeconómicas”.

La necesidad de controlar las consecuencias catastróficas del CC fue considerada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a partir de 1979, convocando por intermedio de la Organización Mundial Meteorológica (OMM) en Ginebra a la Primera Conferencia Mundial sobre el Clima. En 1988, la OMM y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUD) estableció el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), para la investigación del CC, originado por las actividades humanas, encontrando que las concentraciones de GEI han aumentado, sobre todo por la actividad humana, y en consecuencia la atmósfera y los océanos se han calentado, la cantidad de nieve y hielo de los glaciares han disminuido y el nivel medio mundial del mar se ha elevado.

En conocimiento de esta información se celebró el denominado Protocolo de Kioto (1997), promovido por IPPC, en el cual los países industrializados se comprometieron mediante acuerdo vinculante para durante el periodo: 2008-2012, reducir las emisiones de los seis gases que más potenciaban el GEI en un 5,2% con respecto al registrado en 1990.

Este acuerdo no se cumplió y fue calificado en ocasiones como injusto y no conveniente, argumentando que el incremento de las emisiones peculiarmente está asociado al desarrollo económico y en consecuencia las naciones más afectadas con el cumplimiento de este protocolo podrían ser las menos desarrolladas.

Se estima que los daños causados por efecto del CC, en los países latinoamericanos y del Caribe, que están en vías de desarrollo podrían costar 100.000 millones de dólares anuales para el 2050 si las temperaturas promedios suben 2 grados Celsius, sobre los niveles preindustriales.  

La paradoja está en que la región produce solamente el 11% de las emisiones globales de los GEI. Pero es considerada especialmente vulnerable a los impactos del cambio climático por su dependencia de los recursos naturales y sobre todo las islas del Caribe debido a su vulnerable situación geográfica.

El BID, Banco Interamericano de Desarrollo, señaló que el costo de ayudar a los países a adaptarse a los efectos del cambio climático sería menor en relación con el precio de los potenciales daños.          

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